La discriminación hacia la mujer es un problema de fondo, no solo en Perú, sino en muchos países del mundo. A lo largo de la historia universal occidental, el hombre ha sido quien ha tenido el poder en distintas cuestiones, sin embargo, en los últimos siglos, las mujeres han empezado a empoderarse, exigiendo un trato igualitario.
Los países nórdicos de Europa han tenido un avance más rápido, esto, gracias a que tienen un sistema político y educativo mucho más desarrollado. En América del Sur y el Caribe, el desarrollo de los derechos de la mujer ha sido más bien, lento, y el hombre ha continuado siendo el género “dominante”.
Frente a esta realidad, la solución no es instantánea ni a corto plazo. Los “avances” que vemos en nuestro país, no son estructurales, sino, que responden a coyunturas donde la opinión pública rechaza cada vez más, la violencia de género.
En este artículo, vamos a darle una rápida mirada a la actividad política de la mujer peruana con relación al poder central y local.
Al día de hoy, ninguna mujer peruana ha llegado a la presidencia, sin embargo, ya algunas han postulado. Fue en el año 1990, que postuló por primera vez una mujer a la Presidencia de la República del Perú (Dora Amelia Narrea Valdivia por la Unión Nacional Odriísta). En la actualidad, las mujeres que han participado, han sido: Lourdes Flores, Martha Chávez, Keiko Fujimori, Susana Villarán, Verónica Mendoza, Juliana Reymer y Dora Valdivia.
En contraparte, el mundo ya ha visto pasar a varias Jefas de Estado. En América Latina hemos tenido cinco presidentas desde el año 2000; Michelle Bachelet (Chile), Dilma Roussef (Brasil), Cristina Fernández (Argentina), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Mireya Moscoso (Panamá). Desde el año 2018, con la salida de Michelle Bachelet, América Latina se quedó sin mujeres en la presidencia.
Fátima Toche, especialista en temas de género, señala que el hecho de nunca haber tenido una presidenta se debe a que no existen suficientes candidatas que puedan representar distintas ideologías políticas. Asimismo, según Isabel Manrique, abogada, esto se debe a que “aún no somos parte numerosa del catálogo de candidatos presidenciales (mientras más mujeres en este cuadro, más oportunidad de que una de ellas sea electa). Aún sigue siendo baja la participación de mujeres en los partidos políticos que son los conductos para llegar a ser parte de ese catálogo”.
La ausencia de una mujer en la Presidencia de la República puede responder a distintos aspectos, uno de ellos es el machismo. Recuerdo cuando en el 2011 le pregunté a un vigilante por quién votaría para la segunda vuelta, y me respondió “nunca por una mujer”. Esta postura representa a un porcentaje importante de hombres y mujeres en el Perú, que aún son muy machistas.
Asimismo, como indican Toche y Manrique, no haber tenido una presidenta, también responde al hecho de que no existen suficientes mujeres en los cuadros de candidatos para la presidencia. Al no haber distintas opciones representadas en mujeres, existen menos probabilidades de que alguna de ellas, salga electa.
Por otro lado, en las últimas elecciones tuvimos a una candidata con muchos anticuerpos para el balotaje, Keiko Fujimori. Ella ha sido cuestionada por todos los temas negativos relacionados con su padre, Alberto Fujimori, los cuales fueron motivo para que un porcentaje considerable de electores rechazara su candidatura.
Con relación a la participación de la mujer peruana en el Congreso, tenemos un marco legal que incentiva la participación de la mujer en el Poder Legislativo. En el 1997 se promulgó la ley N°26849, que establecía que las listas de candidatos al Congreso, debían tener por lo menos 25% de mujeres. En el año 2000 hubo una modificación, aumentando la cuota al 30% (Ley N°27387).
De acuerdo con Isabel Manrique, estas leyes no están atacando el fondo del problema, sino, las consecuencias. Considera que la ley de cuotas no garantiza la calidad de las mujeres que entran al Congreso. Asimismo, indica que la forma de atacar el problema es incentivando la participación y formación de las mujeres en los partidos políticos, los cuales son la cuna de las futuras candidatas a cargos políticos.
En contraparte, Fredy Acha, politólogo, considera que la ley de cuotas es favorable. Indica que, el Estado, al ver que la participación política de la mujer era baja, decidió obligar a los partidos a poner a mujeres en sus listas. “Sin esa ley, la cantidad de mujeres en el Congreso, hoy, sería muy baja”.

En la actualidad, el 27% de los escaños está ocupado por mujeres. Si lo vemos en retrospectiva, en el periodo 1995-2000, el 11% de las congresistas era mujer; en el periodo 2001-2006, el porcentaje subió a 19%, en el periodo 2011-2016 fue de 29% y hoy es de 27%.
A través de las últimas décadas, la participación política de la mujer peruana en el Poder Legislativo, viene en aumento. Sin embargo, tras las dos últimas elecciones, el porcentaje de mujeres congresistas no ha aumentado. Habría que esperar a las próximas elecciones para establecer una tendencia.
Otro aspecto importante con relación a la participación de la mujer en el Congreso, está vinculado a su desempeño con referencia a las leyes y comisiones que promueven. Algunas congresistas llevan la bandera de la equidad de género, esto, sin embargo, debería ser labor tanto de hombres como de mujeres.
De acuerdo con Toche, el poder legislativo velará por los intereses de la mujer en la medida que existan más congresistas mujeres. Asimismo, resalta la labor de las congresistas que han dado avances, incluyendo el acoso sexual y la violencia de género en el Código Penal. “Lo que ha tenido un impacto en la participación de la mujer en el Congreso, es que algunas congresistas han logrado incluir el acoso sexual y la violencia de género dentro de la normativa penal. Yo creo que en la medida que haya más participación de la mujer, van a representar intereses que nos conciernen directamente a las mujeres”.
En este punto tendría que discrepar, pues si bien se debe incentivar la participación de las mujeres en la política, los avances en cuestión de equidad de género no son solo tarea de las mujeres, sino, de los hombres también. Debemos exigir a los congresistas tanto hombres como mujeres, que trabajen a favor de los derechos de la mujer.
Manrique indica, que un escenario donde aún existe una gran brecha de género, es en las alcaldías; “En el último proceso electoral ninguna mujer ha resultado electa para un gobierno regional, mientras que solo ocho mujeres ocupan el cargo de alcaldesas provinciales y 81 como alcaldesas distritales, entre un total de 196 gobiernos provinciales y 1656 distritales; resultados que sin duda nos obligan a cuestionar la efectividad de los mecanismos que se están usando para generar equidad”.
Las alcaldías siguen siendo fuertemente ocupadas por hombres y no ha habido mejoras en las últimas cuatro décadas, en contraparte, el porcentaje de mujeres regidoras ha aumentado.

El gráfico muestra que la cantidad de alcaldesas electas se ha mantenido constante en las últimas cuatro décadas, mientras que el porcentaje de regidoras electas ha tenido una curva de subida bastante fuerte.
La diferencia que existe entre la cantidad de mujeres alcaldesas y regidoras, se debe a que existe una ley que exige a los partidos políticos tener una cuota mínima de mujeres regidoras. La ley de Elecciones Regionales (Ley 27683), exige que el 30% de la lista sea conformado por mujeres.
Existe una diferencia considerable entre las mujeres en la alcaldía (3%) y las mujeres en el Congreso (27%). Esto podría deberse a distintos motivos, entre ellos, que, existe una ley de cuotas que obliga a los partidos inscribir a un 30% de mujeres en sus listas. Toche señala que la diferencia entre las alcaldías y el Congreso responde a la necesidad de los electores, de combatir la inseguridad ciudadana, para ello, buscan un candidato con mano dura, característica que es asociada más con los hombres que con las mujeres.
Por su parte, Manrique considera que la participación de las mujeres en los partidos políticos aún es muy baja, razón por la cual no existe un abanico de opciones para que las alcaldías tengan tanto hombres como mujeres. “Se necesita elevar la participación de mujeres en partidos políticos, solo a través de ellos será posible la participación democrática de mujeres en procesos electorales”.
La participación de la mujer peruana en la política está avanzando, sin embargo, aun nos encontramos lejos de la equidad, esto se puede evidenciar en la cantidad de alcaldesas electas, que se encuentra debajo del 5%. También podemos ver que el aumento de las mujeres en cargos públicos esta directamente relacionado con las reformas en las leyes que exigen un porcentaje mínimo de mujeres como congresistas y regidoras.
Para lograr la equidad de género en la política peruana falta mucho, se trata de un problema de fondo que no se va a solucionar en los próximos años, sino, que va a requerir reformas en los partidos y la educación. Acha indica que los partidos deben incentivar y fortalecer la participación política de las mujeres. Por otro lado, debe haber una reforma en la malla curricular de la educación básica regular, esta reforma debe fomentar la igualdad de derechos y deberes para hombres y mujeres.
Mariana Benavente
Directora de Vox Populi al Día
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