Para los peruanos el transporte terrestre de personas significa: caos, pérdida de tiempo, violencia y muerte. Los accidentes de tránsito son causantes de más de 3 mil muertes al año, que sumado a los 50 mil heridos y S/ 20 mil millones de pérdidas, lo hacen, sin duda, uno de los problemas más álgidos del país.
Hace días fuimos testigo de cómo un chofer con 19 papeletas y una deuda que supera S/ 24 mil, atropelló y mató a una trabajadora de limpieza municipal en el Cercado de Lima. Acaso, ¿Le sucederá algo a la empresa o al dueño de la coaster? No. Lamentablemente, no. Nuestras pistas son tierra de nadie.
Ni qué decir del respeto a la autoridad. Estas personas son intocables. Vemos a diario casos de agresión en contra de inspectores o policías de tránsito. O vemos como se dan a la fuga para seguir transitando con total impunidad. Esto porque el actual sistema vial los beneficia: con un sistema de puntos incoherente, casos de corrupción en la emisión de brevetes, revisiones técnicas o para la apertura de terminales terrestres y una autoridad de transporte estancada.
Y un ejemplo de ello es La Victoria, donde operan 58 terminales -más terminales que en todas las capitales de América del Sur juntas- y 429 compañías -de las cuales la mitad no tendrían licencia de funcionamiento.
Es una realidad que nos indigna y nos deja perplejos ante la forma tan grosera que tienen los informales para burlar la ley.
Los peatones, no cabe duda, somos la última rueda del coche. Los malos conductores y empresas, en cambio, tienen todas las facilidades para seguir manchando de sangre nuestras pistas y carreteras. Eso debemos cambiar.
Los ciudadanos tenemos derecho a un transporte terrestre que ponga como eje central la dignidad, la integridad y la vida. De qué sirve destinar millones de soles en obras de infraestructura si esto no va a traer como consecuencia que se nos garantice un transporte seguro, sostenible, saludable y con reglas claras para todos. Y es por ello, que desde el Congreso hemos trabajado en proyectos de ley con el objetivo de garantizar a los ciudadanos su dignidad e integridad personal.
Hemos impulsado iniciativas legislativas para implementar un Sistema Integrado de Transporte Urbano. Una red unificada entre los diferentes servicios de movilidad a favor de la ciudadanía. Es así que impulsamos la creación de una Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), Ley 30900, como entidad autónoma que regule y unifique rutas, infraestructura y tarifas. Desde el enfoque del ciudadano y la apuesta por una ciudad saludable-amigable con su entorno, también hemos presentado iniciativas como: la Ley de la Bicicleta y la Ley de Movilidad Urbana.
Ahora, estamos trabajando en un proyecto de ley que fortalezca la seguridad vial: con un sistema vial en favor del ciudadano, donde el respeto a la vida y la mano dura nos sirvan para tener un servicio de transporte de calidad y eficiente. Donde los terminales terrestres cumplan los requisitos de operatividad. Donde los buses sean los adecuados para el traslado de personas. Con conductores y cobradores en planilla. Donde la formalidad sea la regla y no la excepción. Si bien con inversión e infraestructura fortaleceremos la movilidad sostenible, también se requiere de una ciudadanía comprometida y responsable.
Así como los peruanos aprendimos a usar los cinturones de seguridad, ahora debemos aprender a respetar las reglas de tránsito y a la autoridad sin condicionamiento ni excusas. Esto con el fin de desterrar a las combis y coaster asesinas. Así como a las empresas cascarón y al sistema comisionista-afiliador que tanto atraso nos ha traído como país. Tengamos en claro que el transporte es un derecho y un servicio público que, por tanto, no puede promover la desigualdad, el abuso, ni la impunidad de choferes ni empresas; sino la implementación de un sistema ordenado, completo y sistematizado. Dejemos de ser un eslabón más en esta cadena de informalidad y abusos. Dejemos de teñir con sangre nuestras pistas y carreteras. Es hora de poner fin al caos vehicular. Es hora de salvaguardar la vida de los peruanos: lo merecemos.
Luciana León
Abogada y congresista de la República
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