De un tiempo a esta parte, el papel de los medios es tema de estudio, debido a su actuación en las discusiones públicas y políticas; en sus posicionamientos, juicios y posturas, en la forma como presentan las noticias políticas, de espectáculo, de farándula, de violencia y deportes.
Parte del foco del análisis está puesto en la actoría política de los medios, en cómo los medios tradicionales prensa, radio, y televisión presentan hechos, a través de significados, discursos, estereotipos; definiendo personajes públicos y desempeños políticos en contextos cada vez más polarizados, con serios cuestionamientos al sistema político; pero al mismo tiempo, con ciudadanos y profesionales que defienden el estado de derecho, y piden rendición de cuentas a sus autoridades.
El framing y la agenda-setting son esos estudios de los medios, iniciados con los trabajos clásicos de McCombs y Shaw en 1972 y Goffman en 1986, que se actualizan hoy, con los estudios de medios y comunicación para comprender ¿qué hacen los públicos con los medios?, ¿cuál es el impacto de las noticias en la opinión pública?, o ¿qué papel tienen los medios en contextos de crisis sociales y políticas?
Lo paradójico del asunto es que los medios son empresas privadas que producen contenidos dirigidos a la opinión pública, y justamente diríamos por este carácter privado-público, por ser mediadores entre las personas y las culturas, por ser redactores, seleccionadores, de representaciones de la realidad, es que el estudio de las dinámicas de los medios, nos permiten comprender sus influencias y efectos. Y por supuesto encuadres de la realidad social.
“Sin los medios el mundo viviría en una especie de siglo 11, aislado cada quien en su villorrio o castillo, igual de ignorantes los dos, convencidos que son tan reales las sirenas como los rinocerontes. Sin periodismo (…) el mundo moderno el mundo entrelazado, sería imposible”, ha comentado la cronista mexicana Alma Guillermoprieto, a fines del 2018, en su discurso al recibir el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Por otro lado, podemos reconocer que los observatorios de medios, los defensores del lector y de audiencias, también, las cartas de los lectores, o los consultorios éticos, representan espacios de aprendizaje y entrenamiento periodístico (que resultan ser muy útiles frente al pedido de interacción de los públicos, y las frenéticas rutinas de reportería y redacción). Estos espacios representan las voces de las audiencias, allí se comentan las buenas y las malas noticias, destacando el permanente vínculo e interlocución entre medios y opinión pública.
En las sociedades contemporáneas donde los estereotipos, las calumnias y las noticias falsas pululan por doquier, configurando la mayor parte del tiempo coyunturas que fluctúan entre la agenda y la emergencia; la información requiere comunicación, reflexión, y también autorreflexión.
Para el estudioso de los medios, McQuail: “el poder o los efectos potenciales de los medios pueden variar en función de las circunstancias históricas y sociales”, sin embargo se mantienen como instituciones tradicionales generadores de mensajes.
En esta época donde se multiplican los cursos y especialidades en periodismo y comunicación, comprender la dinámica y el aporte de los medios para formar imaginarios, significados y representaciones resulta ser un análisis pertinente, una cuestión saludable para afianzar la cultura democrática, en la formación de los profesionales de los medios y las comunicaciones.
Franklin Cornejo
Periodista y comunicador
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