La estrategia tributaria actual, está normada de manera casuística, generando una abundante cantidad de políticas que afectan individualmente a cada tipo de agente económico (personas naturales, personas naturales con negocios, microempresas, pequeñas empresas, medianas empresa, grandes empresas, entidades públicas, etc.), lo que le resta eficiencia y simplicidad al proceso de supervisión y control.
Tal vez es tiempo de ver las cosas desde otra perspectiva, enfocando el problema de informalidad y de bajo nivel de presión tributaria como consecuencia de distorsiones, en un mercado de documentos tributarios, en el cual se refleja la actividad de agentes económicos que los emiten y agentes económicos que los demandan.
Demanda de documentos tributarios
Si nos enfocamos en el lado de la demanda, para que los agentes económicos demanden documentos con valor tributario, estos deben generarles algún beneficio directo o indirecto. Por ello, los incentivos deben ser los adecuados para que exista una demanda real por estos documentos.
La SUNAT ha tenido un acierto tímido con respecto a la deducción de 3 UIT adicionales sobre la renta de quinta de los empleados sujeto a sustento. Bajo este enfoque las personas podrán deducir de su pago de IR anual, todos los consumos que se realicen en los giros de comidas y bares, y por los que hayan recibido boletas electrónicas, hasta el límite señalado.
Supongamos ahora, que para la RENTA de QUINTA, también condicionemos las primeras 7 UIT (exoneración vigente) al igual que con las nuevas 3 UIT a la presentación de documentos tributarios para su deducción, sin límites de giros y sujeto a que sean electrónicos. Además, que la misma lógica se aplique a las deducciones de la RENTA de CUARTA, usando el mismo esquema para poder tener derecho a la deducción.
Este enfoque generará automáticamente una mayor demanda por documentos tributarios válidos, dado que los agentes económicos tendrán los incentivos adecuados para solicitar a sus proveedores de productos y servicios, estos comprobantes para poder pagar menos impuestos. En extensión, también podríamos afirmar que los proveedores que entreguen este tipo de documento tendrán una ventaja competitiva con respecto a los que no lo entregan.
Oferta de documentos tributarios
Veamos ahora el tema desde la oferta. Lo único que hace la existencia de múltiples documentos tributarios es agregar complejidad y abrir espacio al arbitraje documentario. Perjudicando la transparencia y simplicidad que debe tener un modelo tributario óptimo. Esta situación genera además, que los incentivos para deducir los gastos sean más complejos para ejecutar.
Supongamos que reemplazamos todos los documentos tributarios por un único documento (comprobante de pago) como existe en muchos países. Digamos que son solo facturas y todas con IGV. Al simplificar el proceso, se permite que la oferta de documentos tributarios se unifique; además, esto haría más fácil la relación entre empresas grandes y pequeñas, facilitando la articulación empresarial que hoy no existe.
Como complemento a este único comprobante de pago, es necesario que la autoridad tributaria facilite la validación de los mismos, para garantizar que los comprobantes que reciba el adquiriente sean realmente deducibles, este acceso debería darse a través de los aplicativos de la SUNAT o por la clave SOL de cada persona natural o empresa. Lo cual aseguraría la confiabilidad y la aplicación en extenso de esta medida.
Adicionalmente, se podría dar incentivos a los pequeños comercios para que el pago del IGV relacionado a su actividad, se realice en los 60 días después de emitida la factura o a la recepción del pago por el producto o servicio brindado, lo que ocurra primero. Esto generaría un alivio para el flujo de caja de los pequeños comercios.
El mercado de documentos tributarios
Estas dos medidas (sustento obligatorio de las 10 UIT para su deducción y reemplazo por un único documento tributario) deberían contribuir positivamente a la formalización tributaria. Dado que de los agentes económicos que hagan compras exigirán a sus proveedores el documento tributario porque le es fundamental para pagar menos impuestos; desde el quiosco del periódico, a la casera de la carne en el mercado o el agricultor que vende sus papas. Es más, debería ser extensible al mercado laboral, pero con una función de crédito tributario para no afectar a empresa y empleados.
Al activar e incrementar la demanda del documento tributario único, la oferta se alineará al ser la única manera de seguir operando, creando con ello, la necesidad de formalizarse y la obligación de tributar. Acompañado de los medios tecnológicos que permitan asegurar la validez de los documentos recibidos, permitirá generar confianza en la aplicabilidad de esta normativa.
Yang Chang
Economista
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