Opinión Susana Gutiérrez

La palabra en controversia: “género”

Hace unas semanas veíamos como la ministra de Educación Flor Pablo hacía un “mea culpa” por algunos de los textos difundidos en la famosa Currícula Escolar, tanto es así, que reveló haber generado tres o cuatro procesos sancionatorios a los encargados de revisar y aprobar dichos contenidos. Luego de eso, Flor Pablo y el gobierno mismo, siguieron escudándose en su igualdad de género para disfrazar una ideología de género existente. Dos términos totalmente distintos.  

Nadie en su sano juicio podría estar en contra de una “igualdad de género”, pues hace referencia a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Sin embargo, la tan menciona y poco analizada “ideología de género”, que es una corriente que no nace en Perú, tiene como fin la imposición de un tercer género u otros géneros. La postura nada clara, no sólo del gobierno, sino de ciertos grupos con intereses políticos, sociales o religiosos, han hecho de este tema, un galimatías, un pandemónium por la confusión que están provocando y que además, recoge un rechazo latente en ciertos sectores de la población.

En este afán de distracción, resulta imperativo identificar el significado que le dan cada uno de los sectores enfrentados al término “género”.  Cuando analizamos las categorías de género que registran las comunidades LGTBI, ya sea en su propaganda, como en sus redes sociales; vemos que ellos mencionan la existencia de hasta 26 tipos de género o identidades de género – aparte de los más conocidos como lesbianas, gays, transexuales, bisexuales – también están los denominados como: bigénero, trigénero, no-binario, agénero, intergénero, poligénero, pansexual, skoliosexual, arromántico, panromántico, entre otros tantos, es decir  definen al “género” como una “construcción social”, que no está determinada por el sexo con el que nacen las personas.

En la otra orilla, están quienes sostienen que el género no es sino la referencia al sexo con el que se nace, es decir al masculino y al femenino y que el género vienen a ser las aptitudes que adoptan tanto hombres o mujeres según el contexto en el que viven. Verificamos en consecuencia que la categorización enarbolada por uno de los grupos, no viene  a ser más que preferencias sexuales, etiquetas sexuales u orientaciones sexuales. Por lo que resulta necesario, decir que el término “género” aparece en el año 1995 en la IV Conferencia Mundial de la Mujer, y hace referencia a la categorización social, a la toma de conciencia de valores, conductas y papeles que se atribuyen a la persona según el sexo que tenga, las mismas que cambian entre regiones, países o grupos sociales. Negar rígidamente estas diferencias entre masculino y femenino, es dañino para el desarrollo de nuestras sociedades.

Y si el género hace referencia al sexo tanto masculino como femenino, siendo éste inherente a la naturaleza consustancial del ser humano, quiere decir, que es así como se le tiene que entender; si no, veamos un ejemplo, cuando una persona tiene algún accidente y queda con lesiones o fallece por cualquier causa, automáticamente los médicos forenses y/o criminalística registran al individuo por género: masculino o femenino, independientemente de la orientación sexual que haya tenido en vida.

Ante esta confusión, ciertos sectores religiosos y no religiosos han solicitado hasta el cansancio que eliminen la palabra “género” de la Currícula Escolar. Tal vez eso es lo más fácil, cambiar la Currícula y las normas, pero el verdadero reto y lo verdaderamente complicado es cambiar una mentalidad y construir ideas no retrógradas.

Creo que más asertivo hubiese sido hablar de ambos temas en su real dimensión: igualdad de oportunidades de hombres y mujeres, fortalecimiento de niñas y niños y por otro lado sobre los derechos que persiguen las comunidades LGTBI desde hace mucho tiempo, ¿a qué se le tiene miedo?, si ya el tema está sobre el tapete, adrede o no, lo cierto es que el rechazo es por la falta de información y sobre todo por la falta de comunicación del gobierno y los entes competentes.

Es por ello que para construir una sociedad madura, necesitamos que, desde ambas posiciones, aceptemos que hay diferencias por el sexo, que hay diferencias de género aceptables relativas a la cultura o costumbres, que hay otras diferencias de género no aceptables, al menos no registradas ni establecidas y que estas diferencias de sexo o de género no deberían implicar diferencia alguna en la dignidad, derechos, poder o responsabilidades de cada ser humano. Ante esta ola de confusión, finalmente es necesario unificar posiciones y unir intereses, siendo esto lo más sano para el desarrollo de niños y adolescentes. Ellos son los que pueden sufrir los enfrentamientos de los adultos, las batallas ideológicas y la discrepancia de opiniones. Por encima de los intereses ideológicos y políticos están ellos, los niños.

Susana Gutiérrez Rivera

Comunicadora Política

1 comment on “La palabra en controversia: “género”

  1. nestor mauro diaz godos

    Bueno Mi opinión modesta con respecto a este tema , pienso que debemos ser muy rígidos en y herméticos para calificar como dos géneros no hay mas, Existe el genero Masculino y el genero Femenino eso esta claro el resto son puros cuentos con intereses de por medio. No confundamos a nuestros niños y jóvenes que son el futuro del mundo, que nuestra inteligencia humana noi se convierta en al atroz que después nos tengamos que arrepentir.

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