Ver al alcalde de tu distrito enmarrocado, a tu gobernador que antes fue alcalde distrital, y luego provincial, huyendo de la justicia, por haber sido sentenciado por corrupción, es algo que ya no debemos permitir, lamentablemente es una situación que se ha convertido en noticia frecuente.
Lo penoso es que no le damos la importancia debida, muchos ciudadanos piensan que es normal que esto suceda, pues se repite continuamente y pareciera que la solución está muy lejana. Lamentablemente muchas de las autoridades electas, que iniciaron su gestión el presente año, afrontan juicios o han tenido sentencias condenatorias, y no debe extrañarnos que ahora que no hay reelección de alcaldes, quieran continuar su “carrera política” postulando al congreso, y es muy posible que logren su cometido.
Las demoras de los procesos en el sistema de justicia no ayudan a revertir esta situación, además al contar con los recursos y el poder que ejercen, éstas malas autoridades logran sus objetivos y finalmente se podrían convertir en padres de la patria, gozando de inmunidad al ser electos, y luego impunidad.
Una pregunta, ¿Que nos pasa a los votantes?, nos quejamos de ellos, aceptamos que roben pero que hagan obras y los seguimos eligiendo. Esta situación seguirá repitiéndose si no asumimos nuestra responsabilidad como ciudadanos con deberes y derechos, y que solo el fiel cumplimiento de estos preceptos nos hará ciudadanos plenos.
En la actualidad, son aproximadamente 1851 alcaldías, y de acuerdo a su creación, tienen autonomía política, económica y administrativa, sus autoridades son elegidas por el voto popular para representar a los vecinos de las localidades donde fueron elegidos y tienen el encargo de velar por la buena administración de la ciudad a través de una eficiente gestión pública para lograr el desarrollo de sus pueblos, sin embargo, muchos de ellos, se han convertido en pequeños reyezuelos de sus comunidades y hacen y deshacen del presupuesto público.
En la actualidad, se viene debatiendo la reforma política, esta es la oportunidad para incluir como tema prioritario la reforma de los gobiernos locales y regionales, primera célula de la democracia, base de la sociedad y revisar su normatividad, es tarea urgente y parte de la reconstrucción de la política de nuestro país.
Uno de los aspectos importantes a revisar son la demarcación geográfica, no queremos ver a pobladores de dos distritos enfrentándose por un tema de límites distritales. Otro aspecto son los recursos económicos, unos tienen pocas necesidades y mucho presupuesto y otros muchas carencias y poco presupuesto, la desigualdad alienta los conflictos, es momento de revisar la Ley de Municipalidades y Gobiernos Regionales y ver como se estructuran mejor.
Un gran reconocimiento al ex alcalde de Lima Eduardo Orrego, gran visionario, que planteaba la necesidad de reagrupar los distritos, así como las macro regiones y poder compartir el desarrollo, como ejemplo de ello, la afortunada y reciente experiencia de Ica y Huancavelica, que gracias a la buena voluntad de sus gobernadores, lograron ponerse de acuerdo para optimizar el recurso más, el agua.
Esta reforma política debe ser asumida como la gran Reconstrucción política del país y debe dar prioridad a la célula básica de la democracia: los gobiernos locales y gobiernos regionales.
María del Rosario Bazalar Huamán
Comunicadora Social, con estudios de maestría en Gestión Pública, Posee un Diplomado en Realidad Nacional en el Centro de Altos Estudios Nacionales-CAEN y diplomado en Gestión Empresarial en CENTRUM. Diplomado en Liderazgo en el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres su vocación de servicio, la ha llevado a desarrollarse en el campo municipal. Ha sido consultora del, Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas.
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