Los precios de los productos usualmente están construidos en función a sus costos y a los márgenes que se esperan obtener, en función de la estrategia de cada negocio. Sin embargo, en muchos casos la construcción de estos precios no considera todos los costos que deberían incluirse, como es el caso de los productos que generan impactos negativos en el medio ambiente y en la sociedad (externalidades negativas).
Pensemos por un momento en la energía nuclear, técnicamente si solo asignamos los costos de producir energía, aparentemente estos costos serían insignificantes, y llevarían a la cuestionable decisión de construir más centrales nucleares. Sin embargo, si en la ecuación incorporamos los costos necesarios para deshacerse de los desperdicios radiactivos que genera una central nuclear, en realidad los costos son mucho más alto de lo que en realidad se pensaría y podría ser muy cuestionable producir energía a través de un central nuclear.
Mas aún, incorporemos como parte de los costos los riesgos inherentes a la operativa de una planta de este tipo, ya sea por errores humanos como la paso en Chernobyl o por fenómenos naturales como paso en Fukushima. La afectación de una central nuclear por un evento no deseado tiene un alto impacto en vidas humanas, inhabitabilidad de zonas e ingentes recursos para minimizar su impacto, dado que no se reduce a la zona donde opera, sino que abarca zonas mucho mas extensas de ocurrir un serio problema con su operatividad.
Si partimos de este conocimiento, podemos llegar a pensar que el nivel tecnológico actual no nos permite producir energía nuclear a un bajo costo real, es decir, de una manera limpia y amigable con los seres vivos y la naturaleza. Mas aún carecemos de los conocimientos para manejar el impacto de los riesgos inherentes a problemas en la operativa.
El mismo análisis subyace en toda actividad económica, viendo un caso más cotidiano como son las bolsas de plástico. Las empresas consideran que los costos de estos productos son tan bajos que se pueden regalar como parte del proceso de venta de sus productos. Sin embargo, los costos asociados a recolectarlos y reciclarlos son relativamente altos y operativamente complicado. Tanto así que actualmente existe una isla en medio del Pacifico del tamaño de Francia hecha solo de desechos plásticos.
Si entendemos el impacto de estas externalidades negativas, los productos que nos ofrecen deberían incorporar en sus precios estos costos necesarios para mitigar sus externalidades negativas, y que los precios realmente funcionen como los asignadores de recursos eficiente que deberían ser y no nos lleve a decisiones equivocadas al no contar con precios reales.
En ese sentido, si el sector privado no está dispuesto a sincerar sus precios sujetos a sus externalidades, es una obligación de las autoridades de un país transferir esos costos vía aplicación de impuestos que reconozcan el impacto que esos productos tienen sobre la sociedad y en el medio ambiente. Siendo el extremo la prohibición de ciertos productos que son dañinos y para los cuales no hay posibilidad de mitigar sus impactos.
Yang Chang.
MBA por INCAE con Especialización en Finanzas y Licenciado en Economía por la Universidad de Lima. Actualmente se desempeña como Gerente General y Director en Globokas Peru; Director en Agencias de Cobros KasNet; Vicepresidente del Comité de Administracion de Coopera (Cooperativa de Ahorro y Credito); Catedrático en UDEP (Universidad de Piura) en Temas Financieros; y Consultor de Empresas.
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