Inés Hormazábal Opinión

Sólo se necesita un mínimo de 3 minutos diarios

La mente es maravillosa, sólo es una cuestión de entender que está al servicio nuestro y no al revés.  Si cada día le dedicáramos un mínimo de 3 minutos de nuestro tiempo, podríamos aprender a callar esa “conversación mental” que no nos permite conectarnos con nuestra mente más profunda, sabia e intuitiva.

El yoga nos enseña que meditando podremos liberar los fragmentos que están atrapados en el subconsciente como, los miedos, insatisfacciones, tristezas, etc. pues al llevarnos al momento presente, salimos del pasado o del futuro  para concentrarnos en el instante actual experimentándolo plenamente. Esto induce a actitudes positivas, ya que muchas de las neurosis tienen su origen precisamente en el peso de lo que ya ocurrió, o la incertidumbre por lo que puede venir.

Se puede meditar con y sin movimiento, en silencio o con mantras  así como con diversas técnicas de respiración. La idea es limpiar el sub consciente y alinear la mente con la visión del alma.

Aprende a meditar con el movimiento de tu rutina diaria, con lo que tengas que hacer, ya sea trabajando, caminando, manejando,  y entonces transformarás esas actividades en meditación para no perder sus beneficios.

Puedes meditar sentado en un cojín, en una silla, caminando por la playa, lo que sí es muy importante es “no tomarse ningún día libre.” Rara vez meditar requiere un esfuerzo físico tan importante como para que tengas la necesidad de darte un día de descanso. Lo ideal es meditar diariamente, aunque cambies el tiempo y la técnica. Puedes meditar un día 3 minutos, otro día 11 minutos y también puedes cambiar las técnicas, pero siempre meditar. Es muy importante la disciplina.

La meditación para el enfoque y la dulzura es una meditación simple pero  poderosa porque ayuda a sostener nuestra capacidad de concentración en la acción, como también a saber responder con tranquilidad en situaciones estresantes, que se puedan presentar en el día a día.

Para empezar puedes sentarte en una silla o en un cojín en el suelo con la espalda recta. Con los cuatro dedos de la mano derecha, busca sentir el pulso en la muñeca izquierda. Cuando lo hayas encontrado y donde sientas el pulso más fuerte, coloca los dedos en línea recta, presionando un poco para sentir el latido en la punta de los dedos. Los ojos deben estar cerrados  dirigidos al punto del entrecejo y la respiración debe ser larga y profunda, siempre por la nariz. Puedes empezar haciéndolo por 3 minutos para luego ir incrementando poco a poco hasta tratar de llegar a 31 minutos. Para finalizar, inhalas por la nariz, retienes el aire durante 10 segundos,  luego exhalas y te relajas.

Recuerda que tan sólo 3 minutos diarios dedicados a silenciar la mente por medio de la meditación, no sólo te ayudará a descansar y relajar tu mente, sino que mejorará tu estabilidad emocional y la calidad de tu sueño. Practicarla diariamente promoverá en ti el sentimiento de compasión, además de mejorar tu resiliencia.

Inés Hormazábal.
Ejecutiva, diplomada en “Gestión de la Responsabilidad Social Empresarial”. Experimentada comunicadora con muchos años de experiencia como Presentadora en Televisión. Expositora internacional en “recaudación de fondos”, así como en otros temas relacionados a la responsabilidad social empresarial y desarrollo de proyectos de desarrollo sostenible. Alto nivel en comunicaciones y gran habilidad para instruir, capaz de impartir conocimientos a otros, en pequeños o grandes grupos de espectadores, o a la prensa. Experiencia en hacer alianzas con instituciones que puedan ayudar a desarrollar y fortalecer capacidades.

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