Eduardo Bruce Opinión

Elecciones adelantadas sin reforma política: ¿realmente eso queremos?

Que duda cabe que al plantear el adelanto de elecciones generales el presidente Vizcarra ha hecho una buena jugada ganando la iniciativa política al Congreso. Queda por determinar no solo la viabilidad, sino también el impacto de dicho adelanto en la salud de la democracia del Perú.

La medida lógicamente  tiene el respaldo de una ciudadanía exasperada por las actitudes de un congreso que se muestra de espaldas a la lucha contra la corrupción y no tiene actitud de consensuar de cara a los intereses nacionales.

Hay opiniones solventes en favor y en contra. Sin embargo, los escenarios futuros de la medida son inciertos, y no se vislumbra que se logre un consenso sobre el tema en el próximo futuro. Pero vale destacar que de todas las opiniones vertidas sobre la iniciativa presidencial, sorprende que no se esté lo que es en buena cuenta lo más importante:  Renovar ejecutivo y legislativo un año antes es lo conveniente hacia el futuro? Veamos.

Los últimos meses la agenda publica ha sido acaparada por la reforma política planteada por el gobierno, la que justamente es el principal motivo del enfrentamiento entre los dos poderes. Mal que bien la mayor parte de las reformas han sido acogidas. Bajar la barrera de acceso a nuevos partidos, perdida de capacidad de participar a partidos sin respaldo real, democracia interna en la elección de candidatos, transparencia y control del uso de fondos partidarios, son los principales logros.

Paradójicamente, el adelanto de las elecciones deja fuera de carrera casi todas estas reformas. Hay dos grupos: unas son aquellas que no se pueden implementar por al acortamiento de plazos como las primarias para la democracia interna, y otras que devienen en ineficaces puesto que al reducirse un año el calendario electoral, los nuevos grupos políticos no tendrían tiempo para crearse la masa crítica de ciudadanos que se requiere para inscribirse como partidos.

Es eso lo que queremos? Elecciones con los 23 partidos inscritos únicamente sabiendo que la gran mayoría son vientres de alquiler que se venden al que tenga recursos para entrar por la ventana a la contienda política?  Candidatos a dedo? Y los partidos tradicionales, un año les bastará para reorganizarse, reagruparse, depurar su militancia? No lo creo.

Lo que queda es que el 2019 tendríamos que elegir con los misma clase política, sin renovación alguna, sin inclusión de nuevos actores. Mejor dicho, sin la reforma política que fue materia de consenso ciudadano. De ser así, los que resulten electos congresistas no tienen porque ser mejores que los que tenemos ahora, en el mejor de los casos.

No parece que el adelanto de elecciones sea la mejor opción de cara a los intereses de la nación hacia el futuro. Queda determinar si los argumentos de los que apoyan el adelanto pesan suficiente para diferir, sabe Dios hasta cuando, la reforma política.

Diálogo

El tema no se debe tratar por medio de opiniones y posiciones transmitidas por los medios. Aunque parezca trillado, recordemos que la opción del diálogo y acuerdos de consenso siempre es una vía que funciona, y que en el Perú siempre ha dado buenos resultados. El ejecutivo y el legislativo tienen esa ruta; usarla no es una opción, es un deber que tienen ante la ciudadanía. Recordemos la exitosa mesa de diálogo del 2000.

Eduardo Bruce Montes de Oca.
Consultor en Política y Estrategia Comunicacional. Ha laborado en Medios de Comunicación en diversos cargos ejecutivos y periodísticos. Ha asesorado a la Presidencia de la República, Oficina del presidente del Consejo de Ministros y a la Alta dirección de poderes autónomos como El Poder Judicial y el Jurado Nacional de Elecciones. Especialista en la Estrategia Comunicacional de la agenda política de entidades públicas y privadas, con énfasis en las modernas herramientas de comunicación social.    

1 comment on “Elecciones adelantadas sin reforma política: ¿realmente eso queremos?

  1. Guillermo Rivaa

    Es cierto, por eso he comentado lo mismo cuando he podido. El discurso de Vizcarra te satisface en lo inmediato te compensa la rabia pero luego te das cuenta que la Araoz es una topo como lo acaba de de ml ostrar y que sin reformas nada fiunciona… Es por eso que he llegadoasí a la conclusión que lo único que cabe es patear el tablero e invocar el derecho a la insurgencia. QueVizcarra cierre el Congreso que use su papel de jefe de las fuerzas armadas y que decrete las dos reformas y convoque a elecciones generales.
    Si alguien convoca a la constitucion se le habla del derecho a lo solicitado oí ndurgencia y se elabora un reglamento a la misma que flexibilice la transición.
    La situación es tan catastrófica que amerita una revolución.

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