La oposición se mostró intransigente, luego del discurso de 28 julio. Definitivamente les cayó muy mal que el presidente de la República propusiera adelantar las elecciones para el año 2020. El flojo argumento que repetían como mantra “Vizcarra dictador, Vizcarra dictador”, se vino abajo, junto al sueño de algunos congresistas de aferrarse al cargo. Sin embargo, la situación se ha vuelto insostenible y les ha costado mucho capital político. La crisis política que, algunos, intentan negar, necesita una cura y la iniciativa del Ejecutivo puede ser la solución.
Pero parece que no entienden. Sus declaraciones parecen seguir los principios Joseph Goebbels. Es paradójico que ahora lo llamen incompetente, luego de tener solo 3 iniciativas legislativas emblemáticas: modificación del reglamento del Congreso para limitar la cuestión de confianza, restringir la publicidad del Estado en medios de comunicación privados y Ley antitransfugismo. Todas derogadas por el Tribunal Constitucional. ¿Doble moral? Este parlamento ha deshonrado todos los principios democráticos y por eso la ciudadanía ha mostrado su rechazo. Los rechazan y es porque comprenden que la política no fue creada para sacar provecho de ella como si se tratase de un botín, sino para ser honrada y dignificada por quien la ejerza.
Enumerar los fracasos del Congreso y sus escándalos sería una labor bochornosa, pues como peruano me siento avergonzado. No obstante, quiero señalar que la mayoría parlamentaria perdió la oportunidad histórica de poder reivindicarse frente a un sector de la sociedad que los desprecia y sacar adelante una agenda legislativa que beneficie al país. Por ello, la que ofrece Vizcarra es una salida digna a esta crisis. Una salida para ambos. Una salida para el Perú. Y, francamente, les conviene.
Es innegable que la oposición ha perdido gran capital político por el bochornoso desempeño que ha tenido. La calle los rechaza y, quizás por ello, le temen a las elecciones. Sin embargo, no deberían, porque como dije, les conviene. Me refiero, claro está, solo a los que pretenden tener un futuro en la política. Resulta que su popularidad ha ido disminuyendo desde que ocuparon sus curules en el año 2016. Esta tendencia a la baja solo se ha incrementado y se ha traducido en desprecio hacia los partidos y sus líderes. Por ejemplo, ya nadie quiere marcar la K. Las elecciones municipales lo demuestran.
Me pregunto, ¿cuántos de los actuales congresistas querrán regresar a ocupar cargos públicos en el futuro? ¿Creerán que la gente no recordará lo que hicieron durante este periodo? Están cometiendo un suicidio político y no se dan cuenta. Imagino que hay quienes piensen en una reivindicación milagrosa del Legislativo. Yo no lo creo. Les diré porqué: Becerril, Mamani, Beteta, Mulder… ¿Continúo?
Un adelanto de elecciones es lo mejor que les podría pasar. Debido a ello, deberían apoyarlo sin poner trabas, reconociendo los errores y comprometiéndose a enmendarlos. Un acto de desprendimiento que quizás el electorado se los reconozca. Según las encuestas, algunos partidos desprestigiados aún pueden salvar la valla. Para el 2021 puede ser demasiado tarde. No hay excusas para no aceptar la salida que propone Vizcarra. Todos salimos ganando. Todos.
Luis Maraví.
Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Mención en Gestión y Liderazgo. Editor en Vox Populi Al Día. Locutor. Ex reportero en Radio Libertad.
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