Mariano Martinez Opinión

Calles sucias en la ciudad de los Reyes

Sábado 31 de agosto. El noticiero nocturno de un canal de televisión transmite un reportaje grabado. La reportera camina por una calle del centro de Lima. La cámara la sigue, mostrando pistas y veredas con abundantes papeles, cartones, botellas de plástico y de vidrio, y otros residuos sólidos probablemente reciclables. La reportera nos anuncia que va en busca de mujeres que hacen la limpieza de las calles durante la noche.  

La cámara nos muestra una mujer uniformada haciendo su tarea: dotada de una escoba, un escobillón, un recogedor y un barril rodante, está recogiendo los restos de la actividad de los humanos que han transitado por la zona durante toda la jornada.

La mujer acepta responder las preguntas de la reportera. Dice que hay mucha humedad, que pasa mucho frío. Explica que tiene la costumbre de echarse un rato sobre la vereda, cubriéndose con una especie de frazada, y apoyando la cabeza en una pequeña almohada para descansar un rato y continuar con su trabajo. Y así nos lo muestra la cámara: una escena conmovedora.

La reportera y el camarógrafo pasan a otra calle y encuentran a otra mujer haciendo la misma tarea. La calle y la vereda también están sucias. Las respuestas de la señora nos permiten enterarnos de que los responsables de que haya tantos restos reciclables son los dueños de negocios, los transeúntes y los consumidores de bebidas alcohólicas que tiran las botellas cuando salen de los bares y discotecas de la zona; explica que cada noche tiene que limpiar 15 cuadras, y que se ve obligada a hacer ese duro trabajo para sacar adelante a sus hijos. No se queja. Solo explica con sencillez por qué está ahí, limpiando esa calle oscura, sucia, fría y húmeda.

El reportaje nos presenta a una tercera señora haciendo la misma tarea en otra calle. Bien abrigada también contra el frio y la humedad, explica que ese trabajo le permite ayudar a financiar los estudios de Ingeniería Industrial de su hijo, y de Psicología y Nutrición de sus hijas. Piensa dejar de limpiar calles cuando los tres jóvenes terminen sus respectivas carreras.

El informe televisivo y los testimonios de las tres señoras barriendo las calles me dejaron dos preguntas  e inquietudes.

Primera

La primera interrogante se refiere a la razón por la que los habitantes de la antaño llamada Ciudad de los Reyes nos hemos acostumbrado a ver las calles sucias y a tener que convivir con los residuos que otros vecinos botan en la vía pública.

Es obvio que se trata de un problema de falta de educación cívica. Porque aunque en el currículo escolar se desarrollen temas relacionados con el aseo personal y con el debido comportamiento como ciudadanos, parecería que en la edad adulta se van dejando de lado ciertos valores y no hay suficiente presión social para contrarrestar ese tipo de actitudes.

Las imágenes de la pantalla del televisor me hicieron recordar que durante la gestión de Alfonso Barrantes como alcalde de Lima se hizo una gran campaña de concientización para promover la limpieza en lugares públicos. Durante los años 1985-86 la Oficina de Comunicaciones de la Municipalidad elaboró un spot de televisión en base a un personaje, conocido como “Mano sucia”, que dejaba restos de comida y todo tipo de basuras por las calles y plazas de la ciudad. 

Por gestión del Alcalde con los dueños y gerentes de los canales 4 y 5 de televisión, el spot se transmitió gratuitamente varias veces al día durante algunos meses. Una vez que se comprobó que el personaje era identificado por la población de Lima como socialmente repulsivo, “Mano sucia” fue reciclado a “Mano limpia” en otro spot, que se mantuvo en las pantallas durante casi un año. Como resultado de la campaña, era frecuente calificar como “Mano sucia” a quien actuaba contra la higiene pública.

Parecería que hemos retrocedido en el nivel de conciencia sobre lo que implica ensuciar las calles. También se echa en falta la cooperación de los medios de comunicación social y de las autoridades edilicias para evitar que señoras como las que mostró el reportaje de televisión tengan que limpiar cada noche las calles que durante el día ensucian los vecinos.

Segunda

¿Por qué se sigue haciendo la recogida de residuos sólidos de la ciudad con una práctica tan artesanal? 

No es problema de normas. Durante la presente década se han elaborado y promulgado sucesivas leyes sobre gestión de residuos sólidos a nivel nacional, así como ordenanzas y reglamentos municipales. El problema radica en su aplicación a la realidad concreta de cada distrito y en su cumplimiento por los servidores municipales y los ciudadanos.

Ya el año 2001, durante la gestión del alcalde Carlos Dargent, la Municipalidad de Santiago de Surco puso en operación un sistema de recogida y una pequeña planta de segregación y reciclaje de residuos sólidos. Se inició como Empresa Municipal de Santiago de Surco S.A. (EMUSSA)

En julio de 2016 se inauguró una nueva planta en el parque Voces por el Clima, operada por 70 trabajadores. Cada semana, el personal de la planta distribuye gratuitamente a domicilio unas bolsas plásticas en las que se colocan los residuos reciclables, como papel, cartón, periódicos, botellas de vidrio o de plástico, etc. En días de la semana programados, los camiones de la municipalidad recogen las bolsas y las llevan a la planta de segregación y procesamiento. Además, en zonas estratégicas del distrito, se han instalado bajo tierra 31 contenedores ecológicos, en los que los vecinos pueden depositar los residuos de sus domicilios, que un camión-grúa se encarga de llevar a su destino.

Actualmente la planta procesa unas 50 toneladas diarias de material inorgánico, que sirve para fabricar mesas, sillas, escritorios, armarios, carteras, casas para perros, maceteros y chalecos para los trabajadores ediles.

Otros municipios distritales también hacen lo mismo en menores cantidades. Esto permite disminuir la contaminación, pagar los sueldos de los trabajadores y, eventualmente, generar ingresos para las arcas municipales.

La tecnología existe y está disponible en el país. La Municipalidad Metropolitana de Lima podría hacer algo similar a mayor escala y prestar este servicio a otros distritos. Esas señoras que trabajan de noche, pasando frío y corriendo riesgos innecesarios, podrían hacerlo en un turno laboral diurno, y seguramente ganando un salario mayor que el que perciben en la actualidad.  

La Ciudad de los Reyes será más saludable si los vecinos la ensuciamos menos y se la limpia con tecnología adecuada.

Mariano Martínez Dueñas.
Bachiller en Teología por la Universidad de Salamanca. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Lima. Experto en Comunicación Social, en Capacitación Masiva y en Desarrollo Comunal en varios proyectos de la FAO en Perú, Honduras y Ecuador. Consultorías para capacitación de personal y formulación y evaluación de proyectos de desarrollo en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Perú. Autor del libro “ESTE MUNDO AL REVÉS. Dimensión política de la fe cristiana”

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