Opinión

Un vecino distante y cercano

Con todo y una historia común paralela, desde los virreinatos de Perú y Nueva España, no parecen haber a simple vista muchas coincidencias actuales con México. Pero algo se puede rescatar para mantenernos en vínculos que aún podemos aprovechar.

A más del idioma y en grades rasgos las costumbres, tenemos una frontera común con el océano pacífico, fuente de riquezas y un canal de comunicación y comercio con otros continentes. De aquí deriva la conformación de la Alianza del Pacífico, de la cual ambos países somos fundadores. Como todo proceso de integración, los pasos de maduración son lentos, pero eventualmente deberá proveer algunas actuaciones conjuntas que ayuden a mejorar sobre todo en comercio.

Recientemente tenemos otra intersección, esta ominosa, en la acción de la ya tristemente célebre trasnacional brasileña Odebrecht, tocando con el veneno de la corrupción esferas gubernamentales y derivado de ello la necesidad de ajustes a los diseños institucionales que blinden contra este tipo de prácticas. 

Y no puede faltar la dimensión política, en la que constantemente debatimos si caemos o quedamos fuera de las alineaciones por ahora utilizadas en la geometría política latinoamericana que tiene como marco de referencia al populismo, básicamente de corte izquierdista.

Aquí me detengo un poco más porque seguramente para algunos segmentos de la sociedad peruana puede resultar de interés conocer como ha funcionado el nuevo gobierno nacional mexicano encabezado por Andrés Manuel López Obrador, y clarificar las noticias quizá encontradas que puedan llegar hasta allá.

Apenas el 1 de septiembre rindió su primer informe de gobierno, que es la fecha señalada por la ley, aunque lleva formalmente 9 meses.  Las encuestas publicadas en esas fechas coinciden en que conserva un nivel de aprobación notablemente alto, por encima de sesenta por ciento. Mas tratándose de alguien que lleva ya casi un año de gobierno, y que contrasta notablemente en este sentido con muchos mandatarios de la región.

Estos niveles de popularidad tienen asidero en la implementación de varios programas sociales cuyo enfoque, dicen sus promotores, consiste en hacer llegar apoyos económicos directamente a la gente que lo necesita. Eso en otras palabras significa regalar dinero. Y esto es así en efecto en segmentos de población muy claros: adultos mayores de 68 años, a todos sin distingo; jóvenes en primeros años posteriores a sus estudios para ayudarlos a ingresar al mundo laboral;  personas con discapacidad, y otros programas con diferente enfoque. Como es fácil de entender esto requiere recursos fiscales enormes, por encima de los 10 mil millones de dólares anuales, para beneficiar a una población meta de unos 14 millones de personas.

El gran reto sin embargo, es financiarlos de modo sostenible, es decir sin deuda. El presidente López Obrador ha presumido que muchos de esos recursos provienen del combate a la corrupción pero no hay evidencia de que eso sea mucho más que un discurso efectista. Hasta ahora, otro de sus éxitos, ha logrado mantener el presupuesto sin déficit. Ello sin embargo ha ocurrido merced a recortes draconianos al gasto, con quejas incluso de que no ha sido de modo planeado. Por ejemplo es muy común escuchar lamentos de hospitales públicos carentes de medicinas, inclusive las de mayor impacto como el cuadro  de atención al cáncer. Muchas personas despedidas del gobierno sin más explicación ni indemnización, incluyendo policías. Recortes al subsidio al campo, suspensión de inversiones en infraestructura.

Pero el verdadero gran problema radica en la muy débil situación financiera de la gigante empresa para estatal Petróleos Mexicanos, una de las más endeudadas del mundo,  y cuyo funcionamiento lo resiente para bien y para mal toda la economía mexicana. Para poder sobrevivir, la empresa debe detener la caída en la producción y revertirla, recibir una inyección enorme de recursos fiscales para solventar deudas de corto plazo, realizar una reingeniería enorme y solo entonces aportar de modo efectivo al desarrollo del país.  En este momento su deuda está en la antesala de bonos basura, lo que de ocurrir arrastraría al país en una espiral sumamente peligrosa.

En una siguiente entrega profundizaremos en este análisis.

Arturo García Portillo.
Político mexicano miembro del Partido Acción Nacional, del que fue integrante de su dirigencia nacional por varios años. Fue Diputado Federal, secretario de las comisiones de relaciones internacionales y comunicación. Consultor en campañas electorales y comunicación.  Colaborador habitual de la Fundación Konrad Adenauer. Actual asesor de la alcaldesa del municipio de Chihuahua, Mexico.  

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