La pandemia aún no ha terminado y nos hallamos ad portas del año escolar. Los niños y adolescentes son quienes más han sufrido los estragos de esta. En el caso de los primeros, ha habido un retraso de dos años en su proceso de socialización, sobre todo en los más pequeños. Niños con habilidades especiales se han visto perjudicados en su integración. Pero, con el advenimiento de las vacunas, ha sido posible buscar una salida a estas circunstancias y, hoy por hoy, niños y adolescentes retornan a las aulas.
Pero el Ministro de Educación ha sostenido que si los aforos, en general, se han abierto al 100%, los colegios deben adecuarse a ello. Si tomamos en consideración que el distanciamiento social debe mantenerse en todas partes, las aulas escolares no son la excepción: ello implica que en el salón no es posible recibir al total del alumnado. Esto induce a suponer que se asistirá a la escuela por turnos. En algunas universidades, se ha adoptado el sistema híbrido semi-presencial: el profesor dicta la clase en el aula con un aforo reducido y el resto lo seguirá virtualmente. Este trabajo se lleva a cabo vía unas sofisticadas cámaras, unidas al proyector, que el profesor operará con el fin de atender a los presentes y ausentes en el espacio físico -estos se unen por plataformas como Zoom o Teams-.
Quizá algunas escuelas particulares se hayan acogido también al modelo o se organicen por grupos y horarios específicos de manera que se mantenga el distanciamiento. Pero no todos pueden hacerlo. En el caso de las escuelas públicas, existe una desventaja tremenda y ofensiva. ¿Cómo es posible un aforo del 100% cuando es esencial conservar un metro, como mínimo, entre los estudiantes? Del mismo modo, el Ministro ha declarado lo siguiente: “…no es necesario que todos los niños estén vacunados para asistir al colegio”.
No logramos entenderlo: el gobierno permite e impulsa una situación de riesgo. Y esto en todas partes. Ya no se trata de un aforo del 100%, sino menor. Las vacunas posibilitaron que la Covid 19 deje de ser una enfermedad grave, pero la variante Ómicron es altamente contagiosa. Entonces, ¿cómo es admisible enviar a los niños sin vacuna previa? Ahora se anuncia que los colegios también se convertirán en vacunatorios; así, se aseguraría que reciban las dosis. No obstante, las declaraciones del Ministro del sector, Rosendo Serna, dejan mucho que desear: suenan a populismo e improvisación.
¿Cómo se realizará la socialización? Los niños juegan en el recreo. Eso es lo normal ¿Bastará simplemente con la mascarilla? A estas alturas, no hay lugar a experimentos, ya que el retorno a clases debe ser seguro. Los barbijos KN95 son eficaces; si se carece de ellos, deben usarse dos mascarillas: una, quirúrgica y otra, de tela. Lo que realmente brindará seguridad es la vacuna y el gobierno debe abocarse a ello. Por más que la Covid se controle con las inmunizaciones, nadie quiere enfermarse o transmitir el virus.
Superada la Tercera Ola, cuyo fin se pronostica para fines de marzo o mediados de abril, entramos a una fase de entre ola, donde no sabemos qué ocurrirá con exactitud. Hasta que aparezca una nueva mutación, habrá cierto grado de tranquilidad -si se respetan las normas, claro está-.
Es innegable: los niños y adolescentes ya no pueden seguir perdiendo clases; pero, a la vez, necesitan un retorno confiable a su territorio natural. ¿Las condiciones que defiende a capa y espada el Ministro son las mejores y adecuadas al caso? Todavía no hemos accedido a una fase endémica, cuando la Covid se trate como una gripe o influenza; el tiempo lo dirá. No es admisible, humana y éticamente, utilizar a los niños como conejillos de laboratorio, sino más bien propiciar su bienestar y seguridad. Ahora, mantenga su distancia, por favor.
Miryam Patricia Falla Guirao
Licenciada en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Doctora en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA). Exbecaria de Investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la República Argentina en el área de Ética y Bioética. Docente Universitaria en pre y post-grado. Conferencista en universidades, colegios profesionales e instituciones jurídicas y de salud.
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