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El verdadero milagro

La columna de hoy necesariamente tenía que ser sobre fútbol.

Quizá algunos esperarían que escriba sobre el desastroso y sospechoso accionar del árbitro brasileño que, en una sola decisión, permitió la clasificación directa al mundial de dos selecciones y le robó un punto a la nuestra, con el que, tentativamente, hubiésemos podido clasificar en el cuarto puesto, sin tener que pasar por la angustia del repechaje.

Otros me piden que opine sobre la Federación Peruana de Fútbol, y su falta de peso dirigencial, la Conmebol y sus cuestionables y oscuros manejos, o sobre la FIFA y su capacidad de hacerse los desentendidos como si nada pasara. Y también sobre las componendas que se dan entre los entes que manejan el deporte rey en nuestro país, en la región y en el mundo, que, en muchos casos, podrían ser parecer provenientes de las mafias más organizadas.

Pero no, hoy no les toca a ellos, hoy me viene a la mente, las palabras que tuve el honor de decirle al profesor Ricardo Gareca, el día que partía hacia Argentina habiendo concluido su primer contrato, post mundial de Rusia.

Profe – le dije – el verdadero milagro que has logrado no ha sido clasificar al mundial de Rusia, sino unir a todo el país en torno a un mismo ideal.’

Él sonrió, agradeció y me dijo unas de sus tantas sabias palabras: ‘que vengan más milagros.’

Tres años y medio después, vinieron más milagros. Hoy, en medio de una crisis política sin precedentes, desgastados después de dos años de pandemia, y con la desesperanza campeando por todo nuestro país, estamos nuevamente todos unidos.

Hay muchos aficionados al fútbol, otros no tanto. Hay los hinchas sociales y los que les parece una tontería que 22 personas corran detrás de una pelota para patearla. Hay los indiferentes y los apasionados. Pero hoy todos los peruanos, sin excepción, estamos alineados en el objetivo que nuestra selección logre nuevamente esta proeza de clasificar a Qatar.

Y soy enfático en escribir la palabra proeza, porque este equipo está muy por debajo del nivel que tenía hace 4 años cuando se metió en la contienda de Rusia. Ya no tenemos al capitán guerrero que inspiraba respeto ante cualquier rival, ni los backs que hacían que ni una sola selección nos pase por encima y nos olvidáramos de las goleadas de años anteriores. Los años han pasado la factura en todos los chicos que hoy solo muestran chispazos de su mejor nivel de un tiempo atrás.

Pero Ricardo, ‘el Tigre’, los ha convencido que, si se unen y trabajan como conjunto, sin individualismos, sino asociándose, sin egoísmos, ni personalismos, sino complementándose, solo así, obtendrán los objetivos que se propongan y, en esa colaboración, potenciarán lo que aún les queda en su carrera.

Y ese espíritu se lo están insuflando a los nuevos que llegan, sean chiquillos como López, Lora, Peña o los, no tan jóvenes, como Callens, Gonzales y el carismático Lapadula.

Y la gran consecuencia es que todos nos volvimos a unir con un objetivo común. Algo que parece tan difícil en nuestro sufrido Perú.

Somos una sociedad enfrentada, fragmentada, polarizada. No tenemos la capacidad de ponernos de acuerdo, de encontrar puntos de consenso y a veces pareciera que nos volvemos a convertir en un país inviable, pero el fútbol nos une. Nuestra selección nos ilusiona y nos enseña que sí es posible trabajar por un bien mayor.

Ese es el milagro que Gareca y su equipo han conseguido: convencer a un grupo de peruanos que son capaces de lograr triunfos aún en las situaciones más adversas. De no amilanarse ante los obstáculos y de sobreponerse a las dificultades y seguir adelante.

Éste debiera ser un proyecto país. El liderazgo positivo que ejerce este puñado de profesionales debiese ser el derrotero a seguir en la política, las empresas e instituciones.

Y es por eso que, con más fuerza que nunca, este martes todos debemos ponernos la camiseta y confiar en que, aún con todo en contra, lograremos la clasificación, paso a paso, peldaño a peldaño. Primero ganando a Paraguay, después a quien nos toque en el repechaje.

ARRIBA PERÚ CARAJO

Guillermo Ackermann Menacho
Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas . He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.

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