A Castillo no lo sacará la derecha, ni los grandes empresarios, ni los ‘pitucos’ (que tanto detesta).
-Lo sacarán los transportistas, los trabajadores del campo, de la minería y de la industria.
-Lo sacará el propio pueblo al que le hizo muchas promesas que no podrá cumplir.
-Lo sacará el ama de casa que va al mercado a diario, interdiario o una vez por semana, a cuyo monedero no le importa la izquierda ni la derecha y sólo sabe que no le alcanza para lo básico.
-Lo sacarán miles de niños y adultos, porque sus estómagos (vacíos) no tienen ideología. Simplemente sienten hambre, y esa hambre activa su instinto feral y salvaje.
-Lo sacará su propia ignorancia, su propia incapacidad de conducir un país.
-Lo sacarán sus propios discursos populistas y demagogos.
-Lo sacarán sus ministros, sus viceministros, sus asesores, sus amigos y sus sobrinos, por ineptos y corruptos.
-Lo sacará su ambición desbocada y su relativismo moral.
En resumen, Castillo no necesita enemigos ni detractores para fracasar, él es su peor enemigo y su mayor detractor. Se vacará solo.
Mauricio Rozas Valz.
Estudió Administración de empresas en la Universidad Católica Santa María de Arequipa. Escritor con dos títulos publicados de relatos y de poesía. Activista internacional contra el maltrato animal y miembro del colectivo “Arequipeños por Arequipa.
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