Día fatídico en la historia nacional. Se juntan la desgracia con la decidía. El honor con la faltad de valor. La maldición con el azar. La unión con la desunión.

El primer 5 de abril, es el 1879, cuando Chile declara la guerra al Perú. Fue nefasto porque no estábamos preparados para tal confrontación. Estábamos hace meses sin poder pagar la deuda externa. Estábamos en crisis interna. Y para colmo, nuestros soldados y marineros estaban con armas y sistemas inoperativos, confinados por ser golpistas y, nuestros servicios secretos y diplomáticos, no encontraron eco a sus avisos en gobernantes taciturnos como Balta, Pardo y Prado. A ellos, les decían que, Chile empezó a adquirir armas y uniformes y enviar diplomáticos y oficiales al extranjero para preparar la guerra y para impedir que el Perú tuviera aliados y mercados disponibles, y no hicieron caso. El resultado fue nefasto.

El segundo 5 de abril, es el día que Alberto Fujimori cerró el Congreso. La razón fundamental fue que se necesitaba salir de la crisis económica y vencer al terrorismo, y el Congreso, con sus aires democráticos, impedía la dación de leyes y empleo de tropas a discreción para vencer estas amenazas reales. Ya los gobiernos de Belaunde y García habían fracasado, y se necesitaban acciones duras pero eficaces. La ley San Martin, deshonro a los soldados, policías y ronderos campesinos, que dieron su vida por defender a la sociedad peruana. 

El tercer 5 de abril, es la marcha multitudinaria de rechazo al gobierno de Perú Libre, conminándolo, para que renuncie. Es reconocer que entregamos nuestro voto, es decir, nuestra vida y la de nuestros hijos y nietos a una persona equivocada. Confiamos en un sujeto ligado a organizaciones subversivas ligadas al chavismo y narcotráfico, y por ser anti Keiko, lo apoyamos. La marcha de protesta, es el primer paso firme para ello. Sin un Congreso y un Poder Judicial eficaces, sin una prensa e intelectualidad comprometida con restaurar a la democracia, es difícil. Sin el apoyo de la misma sociedad y de sus grupos de trabajadores y estudiantes, es imposible lograrlo.

Si hubiera que hacer una reflexión sobre los 5 de abril que acometemos, diríamos que, el primero, fue fatal para la sociedad en su conjunto; mientras que, el segundo y el tercero, fueron una tabla de salvación para que la misma sociedad viva recobre la democracia.

Unidos, con amor a la patria, en democracia, con autoridades y trabajadores honrados y no corruptos, evitaremos más penosos 5 de abril.

Víctor Velásquez Pérez Salmon.   Coronel del Ejército del Perú en Situación de Retiro. Se ha desempeñado como Catedrático de Historia Militar en la Escuela Superior de Guerra, Director de la Comisión Permanente de Historia, y miembro del Proyecto Ejercito 2001.  Es autor de varias publicaciones de historia, ensayos, poesía y cuento.   

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