Winston Churchill dijo: “Los chinos dijeron de ellos mismos hace miles de años, que China es un mar que provee de sal a todas las aguas que fluyen en ella” y es tan cierto que todos los consorcios mundiales se mueven según se mueva la economía china, ya que han puesto su mirada en la mano de obra barata y el impresionante desarrollo que ha tenido en las últimas 2 décadas. Más aún, actualmente las decisiones de la OTAN están supeditadas a la línea de acción de China en cuanto al conflicto entre Rusia y Ucrania.
También el Perú depende del crecimiento productivo chino por ser proveedor de materia prima, pero el coronavirus no entiende de economía ni de geopolítica. Para muestra un botón.
Los retrasos por el confinamiento por la variante Ómicron de los 25 millones de habitantes en el puerto de Shanghái por el rebrote del coronavirus está complicando la cadena de suministros a nivel mundial que ya tenía retrasos en la pandemia. Este puerto maneja 4 veces más volumen que el puerto de los Ángeles. Según la empresa transportadora Maersk deberían afectar en un 30% el envío portuario.
Bansi Madhavani, economista principal de ANZ Research escribió “el confinamiento de la ciudad de Shanghái es un revés para la cadena de suministro mundial, ya afectada por las tensiones geopolíticas”. Los analistas de Nomura también mencionan que “los retrasos adicionales en el transporte por mar, congestiones portuarias y falta de capacidad logística” serán parte de las secuelas del confinamiento en China, e insisten en decir: “hasta ahora, los mercados han subestimado la gravedad de la situación en China”.
Además, el cierre por la COVID-19 de la fábrica Tesla, así como de otras fábricas automotrices y proveedoras de autopartes, por la cuarentena, hacen temblar tanto los costos de producción como la entrega de vehículos a tiempo en otros países. Igual ocurrirá con la producción tecnológica.
En un mes, el índice oficial de compras (PMI) del sector manufacturero cayó de 50.2 a 49.5 mientras que el no manufacturero disminuyó de 51,6 a 48.4 según la Oficina Nacional de Estadísticas en China (NBS), aparentemente por causa de la estrategia COVID-CERO adoptadas desde el rebrote de la variante Ómicron.
Si su estrategia de confinamiento falla teniendo bajas tasas de vacunación y de refuerzos a personas mayores de 70 años con su vacuna poco eficaz contra las nuevas variantes Ómicron y BA-2, no sólo afectará la economía mundial, sino que se creará un escenario incierto que al final podría afectar a todo el planeta si aparece nuevamente otra variante, por lo tanto, no podemos asegurar que la pandemia ha terminado.
Mario Cabani
Médico, gestor en proyectos de innovación y bienestar social, graduado como médico cirujano en la Universidad Nacional de San Marcos. Realizó estudios de postgrado en el Hospital Universitario Pedro Ernesto entre 1991- 1993 en Cirugía General y 1993 – 1996 en cirugía plástica con certificado por la Universidad Estatal de Rio de Janeiro, Brasil. Fundador y gerente general de empresas dedicadas a salud, agricultura y construcción, así como de Organizaciones sin Fines de Lucro con convenios nacionales e internacionales para la atención gratuita de pacientes desfigurados y el mejoramiento genético de embriones vacunos.
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