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La impostergable necesidad de buscar consensos

Hace 15 años, en la Conferencia Episcopal Peruana, un obispo que hoy anda metido en política con un afán protagónico que genera mucha división, aunque sin pena ni gloria, me dijo: ‘La iglesia en el Perú anda muy dividida. Es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa. Pero lo que nos separa, es irreconciliable’.

Recuerdo que, en aquel entonces, había elaborado un plan de comunicaciones muy ambicioso para mostrar los centenares de buenas obras que están a cargo, directa o indirectamente, de la iglesia, en materia de salud, educación, albergues para la tercera edad, comedores populares, entre otras y que la gente no conoce. Era importante, para el momento que se vivía, dejar de lado el consejo evangélico: ‘no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha’, porque ya en ese entonces muchos cuestionaban la importante labor eclesial en esos puntos.

¡Pero No! Los obispos no fueron capaces, y siguen sin serlo, de salvar sus diferencias, de sentarse a conversar por un bien mayor, y dejaron de lado la propuesta, continuando aferrados a sus posiciones individuales.

Esa es nuestra realidad nacional. Tenemos una incapacidad de ponernos de acuerdo y de llegar a consensos, esa es la principal característica de los distintos actores de nuestra sociedad.

Pero no se vaya a creer que es un problema actual. Tampoco nos creamos esa politiquería barata de decir que son 200 años de problemas sin resolver, mensaje tan inconsecuente, como el dado el 28 de julio pasado frente al Rey de España, en el cual se le echaba la culpa de todos nuestros males al virreinato y a la presencia española en nuestro país.

Esa falta de diálogo es producto también de la ausencia de institucionalidad y representatividad. Pero ojo, tampoco nos traguemos el cuento que ésta fue rota por el fujimorato, aunque claramente le metió unas estocadas finales.

La carencia de institucionalidad es un problema que se arrastra desde décadas atrás. Hace unos días me encontré con un documento imprescindible Concertación social: ¿alternativa o imperativo?’ una conferencia dictada por el memorable periodista y político Don Alfonso Grados Bertorini, que nos da muchas luces para entender lo que nos pasa en estos momentos.

Era julio de 1981, estábamos en pleno segundo gobierno del Arquitecto Fernando Belaúnde Terry, la democracia había retornado a nuestro país, tras doce años de dictadura militar, y el Rector de la Universidad Pacífico, Don Estuardo Marrou Loayza, tuvo la brillante iniciativa de generar un espacio de encuentro y diálogo al que llamó ‘Intercampus’, que desde el ámbito académico permitiera un compartir de ideas y búsqueda de consensos.

Me permito citar (práctica un poquito olvidada en nuestros días), fragmentos de su introducción de hace 40 años:

‘Nuestra realidad peruana se ha carac­terizado, entre otras cosas, por no haber alcanzado un grado ‘deseable’ de institucio­nalidad. Es decir, por carecer de una base suficientemente amplia de instituciones re­presentativas de las múltiples formas del quehacer social, y porque las que existen (que, por el solo hecho de su subsistencia, son merecedoras del más alto reconocimiento), sufren numerosos problemas que parecieran dirigirse a probarlas permanen­temente.

La falta de institucionalidad, en fin, ha traído como consecuencia que la debilidad que ella origina trascienda a los planos en los que se discute y decide todo un modo de vivir. La fragilidad de un sistema político, causante tantas veces de la ruptura y discontinuidad de la organicidad democrática, ha obedecido también a las deficiencias en los mecanismos de representación partidaria o de los intereses sociales.

Por ello, pues, la falta de instituciona­lidad es efecto, pero causa a la vez, de nues­tro estado de vida como país, que tantas ve­ces se nos presenta como a medio hacer.

Resultado de todo lo dicho es la ausen­cia del diálogo necesario. Ausencia de diálogo en el interior de cada sector social, y ausencia también de diálogo de los secto­res entre sí. Ausencia de diálogo que no lleva a otra consecuencia que a carencia de entendimiento. Y un país en el que no po­demos entendernos no puede presentarse como proyecto compartido hacia el futuro que adeudamos a las generaciones emer­gentes.

Ya en la conferencia el recordado ‘Toribio Gol’ describía una realidad tan histórica, como actual:

‘La concertación se encuadra como una vía doblemente necesaria. Primero porque es la vía democrática por excelencia, como hemos dicho tantas veces, y segundo, siem­pre la educación es tema a respetar en función de la libertad de cada persona, precisa­ mente por eso la vía del diálogo se hace sentir como la evidente. De esa manera, logramos maximizar los esfuerzos de oferta, de formación y de multiplicación de los trabajadores capacitados, es decir, aumen­tar la productividad no exprimiendo al tra­bajador sino dignificándolo y haciéndolo ante sí y ante la sociedad, útil y solidario.

De nuestra voluntad depende concertarnos, la concertación facilita las realizaciones, y en ellas reconoceremos nuestra participación. (AGB)

(https://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/465/INT1.pdf?sequence=1&isAllowed=y)

Hace cuatro décadas ya había tanta claridad de cuál era la ruta a seguir y seguimos como el perro que quiere morderse la cola, dando vueltas en círculo.

ESTE ES EL MOMENTO DEL DIÁLOGO, DE LOS CONSENSOS. No permitamos que nuestros egoísmos y afanes protagónicos nos sigan haciendo hundir y destruir entre peruanos.

El consenso es ‘el acuerdo o conformidad en algo de todas las personas que pertenecen a una colectividad’.

La desunión nos pone en escenarios extremistas en los que ideologías trasnochadas, que han fracasado en el mundo se aprovechan y quieren desaparecer todo lo que sí funciona para crear una ‘nueva realidad, un nuevo ordenamiento’.

Solamente si nos unimos salvaremos al Perú. Si seguimos fragmentados pagaremos las consecuencias.

Que en esta Semana Santa encontremos el espacio de reflexión y se ilumine nuestra sabiduría para permitirnos la búsqueda de soluciones pacíficas y efectivas por nuestro querido Perú.

Guillermo Ackermann Menacho
Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas . He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.

1 comment on “La impostergable necesidad de buscar consensos

  1. Martín Belaunfe Moreyra

    Estilísticamente en un artículo periodístico las citas deben tener una extensión muy breve. Esta afirnacion también vale psra los trabajos académicos. Martín Belaunde Moreyra

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