‘Si Bruno Pacheco habla, el presidente Pedro Castillo no estaría un día más en Palacio’.
Este es el titular de muchos medios de comunicación que reproducen la afirmación de una aspirante a colaboradora eficaz, que se pasea por todos lados, transmitiendo este mensaje, porque teme por su vida y la de su familia.
Ni en los peores momentos de crisis económica, ni cuando vivíamos el pánico por el maldito terrorismo, ni cuando el último régimen militar en el Perú expropió tierras, medios de comunicación y muchas empresas, ni en las últimas tres décadas con todos los expresidentes acusados por algún caso de corrupción, recuerdo haber sido testigo de tan enorme descomposición de nuestro país.
En mis 55 años de vida jamás he visto que, prácticamente, no se pueda confiar en nadie. Es insólito que la corrupción campee en los poderes del Estado y se haya convertido en un ‘reality show’. Y todo, todo a vista y paciencia nuestra.
Estamos adormecidos. Sí, lo estamos. El miércoles pasado se perpetró otro atentado contra la democracia en el país. El alcalde de Lima Metropolitana fue vacado por el Jurado Nacional de Elecciones delante de nuestros ojos.
Y ¿qué ha pasado? ¡Nada! Nos hemos quedado conformes. ¡Ya qué vamos a hacer!
‘Bien hecho por caviar’, ‘No ha hecho ninguna obra’, ‘No quiso entregar las imágenes en las que se ve que Inti y Bryan fueron asesinados por los mismos manifestantes y por su culpa se responsabilizó a la policía’, ‘Se lo merece por pedir la renuncia de Merino’, ‘Felizmente cayó un cojudigno que apoyó la llegada de Castillo a Palacio’, ‘Fue cómplice de Vizcarra’, ‘Fue un Alcalde ausente’.
Son algunas de las descarriadas opiniones de peruanos que hoy se precian de ser los últimos demócratas. Pues, desde mi humilde opinión, se han convertido ahora en los nuevos ‘cojudignos’.
¿Es que no pueden ver más allá de sus ojos?, ¿Son tan obtusos que no pueden ir al fondo de las cosas?, ¿Realmente creen que, así fueran ciertas, algunas o, todas esas afirmaciones, son causales de vacancia?
¡No seamos cojudos! Se han traído abajo al alcalde por una venganza política. Han aplicado un tecnicismo cuestionable y jalado de los pelos. Es una bajeza burda como la del árbitro brasileño Anderson Daronco que mafiosamente no quiso ni revisar en el VAR el legítimo gol de Perú frente a Uruguay y luego la descompuesta CONMEBOL mostró otras imágenes trucadas, ocultando las que demostraban la anotación.
Tan solo tres semanas antes Muñoz pidió la renuncia de Castillo, y lo conminó a que adelante las elecciones. Ha sido muy crítico al gobernante y a su entorno que están destruyendo el país.
¿Realmente creemos que son eventos desconectados?
¿Nos estamos rasgando las vestiduras porque no hizo más infraestructura, o no apareció más en medios?
¿Qué nos pasa?, ¿Vamos a seguir permitiendo estos atropellos?, ¿Nos vamos a conformar con que estos facinerosos hagan de las suyas sin que actuemos?
Se están robando el país. Están destruyendo lo que queda del débil aparato estatal. Ahora estafan al pueblo con la infame convocatoria a una asamblea constituyente y nos quedamos en nuestras casas como simples espectadores y renegando mientras comemos nuestra canchita.
Recuerdo cuando en los setentas los ‘pitucos miraflorinos’ se levantaron y salieron a defender a nuestro país iniciando la caída de la dictadura. Y coincidentemente en 1992, desde Miraflores, con Alberto Andrade a la cabeza se marchó multitudinariamente contra el terrorismo y se le dijo al demonio de Guzmán: ¡Hasta acá llegaste! Y meses después estaba cayendo.
¿Dónde están los demócratas?, ¿Dónde los líderes de opinión? ¿Dónde los ciudadanos inteligentes que no han visto en esta tropelía una amenaza a la democracia?
No importa si era Muñoz u otro, para mí es un globo de ensayo mafioso. Y los que lo han ejecutado deben estar satisfechos, pues se siguen dando cuenta de la fragilidad de la oposición. Sus malévolos planes para perpetrarse en el poder están avanzando.
Y la situación es más grave aún si consideramos que el vacado alcalde de Lima es uno de los pocos políticos íntegros y limpios, que después de más de dos décadas de participación en política, no tiene mochila de corrupción.
¡Basta ya!
¡Despertemos!
¡Sólo van a caer si unimos nuestras fuerzas y deponemos nuestras diferencias!
¡Vamos Perú!
Guillermo Ackermann Menacho. Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.
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