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Se rompieron códigos

‘El problema es que ustedes no son gente del fútbol, entonces no entienden los códigos del fútbol’ nos sentenciaba un ‘referente’ cuando un nutrido grupo de ejecutivos que veníamos con trayectorias importantes en el mundo corporativo entramos a trabajar a la Federación Peruana de Fútbol.

De esa manera supuestamente protegía al grupo y nos bloqueaba el acceso a la ‘interna’, lo cual fue respetado escrupulosamente por todos nosotros.

Hoy no voy a escribir sobre Ricardo Gareca, de quien he escrito, y seguiré haciendo, copiosas y elogiosas líneas, enumerando los grandes beneficios que le ha traído al fútbol peruano. Tampoco sobre su comando técnico, en particular del núcleo más íntimo, integrado por los profesores Santín y Bonillo, quizá los mejores profesionales que han venido al Perú en su especialidad. Para ellos todo nuestro eterno reconocimiento y gratitud. Seguramente pronto seguiremos profundizando en lo que ha significado su paso por nuestras canchas.

En estas líneas tampoco pretendo comentar del partido contra Australia en sí mismo. Si se equivocaron, si hubo pánico escénico, si entraron confiados, si nada les salió, ni si fue una de las más bajas performances de esta era. De eso se encargan los periodistas y analistas deportivos, y los que quieren destruir todo cuanto se cruce en el camino.

Menos me referiré sobre la renovación de Gareca y su equipo, pues hay demasiadas variables que no manejamos en la actualidad para saber si es posible o no, a pesar que la gran mayoría de peruanos lo queremos y ojalá se dé.

Hoy escribiré sobre los tan mentados ‘códigos’ que desde mi punto de vista se quebraron desde semanas atrás.

  1. Los espacios de entrenamiento de los jugadores son sagrados, no son para dirigentes, eso desconcentra y distrae a los muchachos y le fastidia al Comando Técnico.

Lo escribí una semana antes del partido. Antes de viajar a Barcelona hubo una inaceptable intromisión del sancionado revendedor de activos del fútbol, actual presidente de la Federación Agustín Lozano, quien irrumpió en el entrenamiento para hacerse una sesión fotográfica saludando a cada jugador, al comando técnico, parándose al borde la cancha y sentándose en la banca, pretendiendo demostrar que él era el máximo responsable de lo que estaba pasando. Creyendo que los peruanos somos tontos y nos la íbamos a creer. Vergonzoso. No soy cabulero, pero tengo que decirlo, este nefasto personaje saló al grupo.

Los peruanos tenemos que recuperar nuestra capacidad de indignación y exigir que personajes de esta calaña dejen de una vez por todas el fútbol que tanto dañan.

2. En la concentración en los hoteles no entra nadie que no sean jugadores o comando técnico.

Esta vez por la ‘concentración’ y los hoteles se pasearon cuestionados representantes de jugadores e intermediarios comerciales, así como agentes del mundo financiero que aparecen en cada viaje al extranjero de la selección.

Pero llamó poderosamente la atención la presencia en Barcelona de Claudio Pizarro, a quién he admirado como jugador en su paso por Alemania, pero es importante recordar que fue separado por Gareca de las convocatorias, casi al empezar el proceso clasificatorio a Rusia, por su bajo rendimiento y por no estar ejerciendo un liderazgo positivo en los jugadores, siendo capitán.

Es inexplicable esa prolongada visita, en la que estuvo participando en diferentes momentos de confraternidad, como si fuera uno más del grupo. Más aún cuando el otro capitán, Paolo Guerrero, con quien no tiene la mejor relación, estuvo entrenando con el equipo hasta que partieron de Lima, pero él se quedó y no viajó.

Supuestamente quien autorizo su presencia lo hizo porque Claudio quería invitar a algunos jugadores a su despedida, sin tomar en cuenta que además él ha anunciado que será agente de jugadores y que quisiera ser el próximo entrenador de Perú.

¿Era el momento para meterlo en medio de la interna? ¿Es acaso pura coincidencia que justo Gareca y su Comando Técnico hayan viajado adelantadamente a Doha? ¿Quién fue el ‘anfitrión’ de tan ilustre visita? ¿Quién permitió que se quiebre este código? ¿Ante la ausencia del Comando Técnico, dónde estaban el Director Deportivo y el Gerente de Selecciones?

3. Los invitados distorsionan y distraen.

Más de 180 invitados. Esposas, amigas, supuestos directivos de todo tipo. Era un festín, un despilfarro. Se perdió la sobriedad, el equilibrio tan necesario. No había foco en el objetivo, sino en la celebración por adelantado. Grave error que la prensa haya estado tan cerca incluso llegando a tener un enfrentamiento con algún jugador.

El Director Deportivo menciona que, de los 300 pasajeros, solo 70-75 eran del ámbito deportivo. Casi el doble de los que viajaban en el proceso anterior, 25 más de los que integran selecciones como la España. Sus explicaciones son incompletas y evasivas, sin una pizca de reconocimiento que hubo un flagrante exceso y, por supuesto, pateándole la responsabilidad a los directivos.

Claramente ellos tienen que asumir su responsabilidad y explicar este jolgorio que distrajo y generó un clima muy lejano a lo que el grupo necesitaba.

Lo último que esperamos es una Comisión Investigadora del Congreso, pues al ser el fútbol una actividad 100% privada no debe tener injerencia política, bajo riesgo de una intervención FIFA, pero es una vergüenza que estos recursos que se le han quitado al fútbol formativo, del abortado Plan de Menores que se empezó hace casi 8 años, se utilicen para estos fines alejados de un proyecto profesional.

4. Los integrantes del comando técnico deben mantener una cercanía pero una prudencial distancia de los jugadores.

Se ha expuesto que algunos de los colaboradores más cercanos han tenido una relación demasiado amical, asumiendo mucho protagonismo y un supuesto paternalismo innecesario. Esto nos remonta a épocas antiguas en los que se formaban bandos y el grupo se quebraba.

5. Reportajes periodísticos, libros, especiales en los días previos. Eso quita la concentración y distrae.

Faltando una semana para el decisivo partido con Colombia en el proceso anterior se consideró que la publicación de un libro independiente sobre aquella campaña, que aún no había terminado, era inapropiada y perjudicial. En coordinación con la editorial se pudo detener el lanzamiento del mismo y al final el resultado fue bueno para todos. Gestión de la directiva de entonces.

Dos días antes de este partido definitivo con Australia aparecía un reportaje familiar que tenía como protagonista al director deportivo de la FPF, que rompió el código que él tanto reclamaba. Además, se expuso como el gran gestor de este nuevo proceso cuando es bien sabido por todo el entorno de la selección, que su aporte en este largo periodo de casi 8 años ha sido muy básico y de acompañamiento, más que ejecutivo. Esto fastidió mucho a varios de los que sí han trabajado duro y parejo.

Importante también mencionar que apareció un libro sobre el gran delantero ítalo-peruano, que se ganó el cariño de todos, pero que debió esperar al fin del proceso para su publicación. Oportunismo comercial de alguien.

Estos son algunos de los ‘códigos’ quebrados. La lista todavía continúa, pero es importante que veamos que cuando éstos se rompen tienen influencia en los resultados. Aprendamos, de una vez por todas, que el exceso de triunfalismo nunca conduce a algo bueno. Ojalá que saquemos enseñanzas de estos errores y que quienes sean los responsables, den un paso al costado por el bien del fútbol peruano, para que no retrocedamos lo avanzado.

Arriba Perú, siempre contigo en las buenas y en las malas.

Guillermo Ackermann MenachoDesde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.

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