De cada 100 personas de la población económicamente activa (PEA), 93 tienen empleo y 7 buscan trabajo activamente.
De la población ocupada: 52 tienen empleo adecuado y 41 están subempleados: 12 subempleados por horas (visible) y 29 por ingresos (invisible).
Sería muy importante que con los datos que nos brinda el INEI podamos ir teniendo un panorama de lo que pasa, al menos en Lima, con la empleabilidad. Los invito a revisarlos y a sacar sus propias conclusiones.
Quiero aprovechar la oportunidad para poner sobre el tapete, lo que vengo recogiendo de los gerentes y responsables del talento y el recurso humano de las empresas.
Es cada vez más común escuchar y leer hojas de vida muy destacables por el aparente grado de conocimiento adquirido, en muchos casos, sorprendiendo la corta edad de los postulantes.
Sin embargo, más allá de los títulos y grados conseguidos, las empresas demandan profesionales con habilidades que les aporten valor a su organización. En ese sentido, la empleabilidad pasa por destacar la experiencia, la creatividad, el liderazgo, la comunicación o (de no tener un amplio historial), la voluntad de enfrentar situaciones complejas en tiempos de cambio. En sencillo: ¿cómo podría el postulante, solucionar los problemas o las necesidades que tiene la empresa?
Por ello, es importante elaborar un FODA Personal que, con frecuencia, nos esté dando la alerta de nuestra condición de empleabilidad y disposición al cambio.
Al mismo tiempo, debemos comprender que cada organización es diferente y demanda soluciones específicas a sus problemas. Vale la pena expresar a través de la hoja de vida o del currículo, cuáles son los retos y logros alcanzados que muestren en el perfil, el potencial que se puede ofrecer.
Igualmente debemos considerar que cada compañía tiene sus propios matices en cuanto a organización, perspectiva y cultura, de manera que, como organismo social vivo; crece, se desarrolla, se enferma, entra en crisis, evoluciona o desaparece. Y el llegar a reconocer el momento en que se encuentra, así como definir con precisión el aporte que podemos brindar al incorporarnos a su sistema, puede darnos esa diferenciación con el resto de postulantes a un mismo puesto de trabajo.
Afine su puntería y reconozca primero a su interlocutor (pregunte, busque en redes, investigue) y adecue su CV (honestamente) a la demanda del puesto.
Por tanto, no debemos repartir una hoja de vida como volante para todas las empresas a las que postulamos. Cada una tiene sus requerimientos y estilos. Es así que toca tomarse el tiempo para preparar cada postulación a una demanda específica. Eso incluye el formato (forma de presentación) y lo que se debe destacar.
Si soy ingeniero, qué aporto como ingeniero; si soy abogado qué particularidad tengo como abogado; si soy comunicador, qué experiencia tengo como comunicador que pueda ayudar a la organización. Competimos con muchas personas que aspiran al mismo puesto y el diferencial debe ser el punto de quiebre para estar entre los destacados.
Bibliografía: Situación del Mercado Laboral Lima Metropolitana. INEI jul.22 https://m.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/07-informe-tecnico-mercado-laboral-abr-may-jun-2022.pdf
Santiago Carpio.
DOCTOR EN COMUNICACIONES de la Universidad Autónoma de Barcelona. Consultor – especialista en estrategias de comunicación, habilidades socioemocionales y producción audiovisual. Expositor y promotor del storytelling para la educación y el marketing. Docente PUCP, CENTRUM. Profesor Referente U. Continental. Docente UPN. Director de Proyectos e Innovación Educativa, Escuela Superior Toulouse Lautrec. Ex Presidente del Comité de Ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión. Ex DIRCOM de la Oficina General de Comunicaciones del MINEDU.
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