Columnas Luis Otoya Trelles Opinión

Quien al cielo escupe, en la cara le cae

Desde hace semanas un soberbio Pedro Castillo, en sus discursos por diferentes regiones del país, reta al Congreso y a los partidos de oposición jactándose que ya va a cumplir un año en Palacio de Gobierno y hasta ahora no han podido probar que le haya robado un centavo al Estado. Nos queda la duda si es un llamado de atención a la ineficiencia de sus adversarios o una muestra de su poder que le da la seguridad de saberse blindado.

Quizá alguien debería aconsejarle que no desespere, que tenga paciencia, que no pierda la fe y no dude de su capacidad de hacer bien…todo lo malo. El Ministerio Público ya ha decidido investigarlo como presunto cabecilla de una organización criminal y la comisión de fiscalización del Congreso tiene en marcha una acusación constitucional en su contra.

Cada día aparecen más denuncias que fortalecen las sospechas. Cuando muchos creen que de “esta no se salva”, lo vemos surgir del fuego que el mismo provoca, sin siquiera salir chamuscado. Por mucho menos otros fueron vacados por incapacidad moral permanente.

La precipitada salida del ministro del interior y la forma en que esta se produce, pondría en evidencia el poco interés que tiene el gobierno por capturar a los prófugos funcionarios del entorno cercano de Pedro Castillo y algunos de sus familiares, quienes estarían involucrados en presuntos actos de corrupción.

En menos de un año han juramentado siete ministros para ocupar esa importante cartera, lo que llevaría a pensar que ahora sólo podrían acceder, a esa posición, quienes se comprometan a no ir detrás de los que nadie persigue.    

Mariano Gonzáles, ministro del interior saliente, afirma que Pedro Castillo, abusando de su poder, estaría obstruyendo la labor de la justicia para proteger a sus allegados. Esta es una contundente acusación que por primera vez hace un funcionario que ha trabajado cerca al gobernante, lo comprueba en poco tiempo y sale a denunciarlo públicamente.

Los permanentes cambios de ministros y la politización en la designación de los altos mandos policiales generan incertidumbre e inestabilidad en la oficialidad y el cuerpo policial de una institución que en los últimos años se ha visto expuesta a un innecesario maltrato.   

Por otro lado, la expectativa que habría generado la liberación de Zamir Villaverde y la posibilidad que a su salida aportaría pruebas, demora e impacienta, pero debemos asumir que estas ya deben estar en manos de la Fiscalía, porque el colaborador eficaz sigue en libertad.

El cerco se estrecha para Pedro Castillo. Pareciera que todo el equipo de ministros estuviera más preocupado en defender al gobernante ante las permanentes denuncias de la prensa o de salir a interpretar sus incoherentes declaraciones para salvarlo de sus abruptos desatinos.

No se trata de quién “escupe” y hacia dónde apunta, lo importante es que a quien le caiga enfrente de inmediato a la justicia y se haga responsable de sus actos.

Luis Otoya Trelles
Comunicador con 42 años en la publicidad y el marketing. Columnista de VOX POPULI y DIARIO EXPRESO. He sido: Director de la APAP, Director de United Way International Perú, Presidente del Tribunal de Ética de la SNRTV, Presidente y fundador del Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONAR). Director Divisiones Menores de Alianza Lima. Soy una persona libre que persigo mi sueño de contribuir con mi país, He decidido participar activamente en política asumiendo el riesgo de terminar frustrado y salir chamuscado en el intento.

0 comments on “Quien al cielo escupe, en la cara le cae

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: