‘Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.’
Así empezaba genialmente Joan Manuel Serrat su tema ‘ Fiesta’ anunciando que se daban inicio a las celebraciones de la Festividad de San Juan
¡Feliz 28! Era el saludo que desde pequeños nos hacíamos en casa, cuando habían llegado las Fiestas Patrias. Era muy común que mi mamá hubiese preparado sangrecita, comprado tamales y quizá chicharrón, con salsa criolla y camotito frito.
La celebración marcaba además la mitad del año, a pesar de ser al finalizar el séptimo mes. Un componente adicional es que las empresas te daban un sueldo adicional como gratificación, o algún tipo de aguinaldo.
Al igual que en Semana Santa, que dos días seguidos sean feriados, los hacían muy especiales, sobretodo si caían jueves y viernes, o lunes y martes. Sin embargo, si la fecha coincidía con un sábado y domingo, siempre se trataba de negociar con las compañías aunque sea un día de descanso adicional. El Estado rápidamente resolvía este tema para las entidades públicas.
Desde días antes los colegios paralizaban el tráfico en todos los distritos haciendo sus desfiles escolares y se armaban los estrados, ya sea en la Avenida Brasil, o en la de la Peruanidad para la ceremonia central.
Importante pedir permiso en el trabajo para ir a ver la actuación de Fiestas Patrias en la que nuestros hijos serían las estrellas, así solo apareciesen en una esquina del escenario y digan una frase del poema, junto con 20 niños más.
Llegado el 28, y después del suculento desayuno, a muchos nos interesaba el mensaje de Fiestas Patrias que el Presidente de la República daría al país desde el Congreso. Previamente el gobernante asistía al Te Deum, Acción de Gracias a Dios en la Catedral, y luego emprendía una caminata, junto a sus ministros, por el Jr. Junín hasta el Palacio Legislativo, escoltado, a veces, por los Húsares de Junín y la caballería montada,
El discurso solía ser para que los primeros malos humores aparezcan: ‘No dijo nada’, ‘Omitió tal tema’, ‘Pobre Perú’, ‘Que Dios nos proteja’, suelen ser los comentarios posteriores.
Sin embargo, el olor del almuerzo criollo ya estaba comenzando a inundar la casa, y cual moscas comenzábamos a dar vueltas por la cocina, para ‘picar alguito’. El resto de la familia llegaba y con ello las risas y bromas. El pisco sour, o algún chilcano, nos hacían olvidar del desasosiego político. Siempre con una buena canción criolla, o alguna melodía de la Gran Chabuca Granda. Alguno cogía la guitarra y otro se sentaba en lo que mejor suene como cajón y empezaba la jarana.
Ya a nadie le importaba el besamanos en Palacio de Gobierno, ni las actividades del mandatario de turno. Solo algunos estaban pendientes del Clásico Independencia en el Hipódromo de Monterrico. Para las familias, las Fiestas Patrias, estaban en casa.
El 29 desde muy temprano se escuchaban los estruendosos sonidos de los aviones que desfilarían por los cielos en la tradicional Parada Militar.
Uno prendía el televisor para ver y escuchar las incidencias de este desfile de las fuerzas armadas. El poderío militar, soldados, marinos, aviadores, policías, comandos, de aire, mar y tierra. Los tanques, tanquetas y demás artillería siempre impresionaban, aunque supiésemos de lo antiguas que eran.
Desfilaban también delegaciones preseleccionadas, de diferentes colegios de muchas ciudades del país. Tras varias horas la Parada terminaba y, por supuesto, que ya esperaba otro suculento almuerzo.
Algunos aprovechaban para salir fuera de Lima por el fin de semana largo. El turismo interno y la economía se activaban como una de las fechas más importantes del año. El transporte terrestre incrementaba considerablemente sus tarifas, y las provincias recibían a sus hijos predilectos y a los visitantes que venían desde la capital.
En cada rincón del país se replicaban estas festividades con pasacalles, concursos de alfombras, diferentes expresiones artísticas y culturales, bandas musicales y mucho colorido de danzas y vestuarios especiales para la ocasión. Y así aprovechamos para seguir admirando la imponencia de los paisajes de nuestro querido país y su majestuosa geografía.
Que nunca olvidemos que, a pesar de sus problemas el Perú está por encima de todo. ¡Feliz 28 para todos y que Viva el Perú!
‘Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno, es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.’
(‘Fiesta’ JMS)
Guillermo Ackermann Menacho. Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.
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