La pandemia envió a tirios y troyanos a ingresar al mundo digital para sobrevivir ante el encierro.
El considerable retraso de la virtualización, digitalización y conectividad de nuestro país y sus organizaciones, se hizo evidente, pero puso en relieve el impulso de una crisis que obligó al cambio y a ver la luz al otro lado del túnel.
En relativamente corto tiempo, los procesos, los protocolos y los mecanismos de interrelación para vincularse, trabajar, hacer negocios, informarse, educarse o simplemente entretenerse, se volvieron virtuales.
Con las limitaciones de la conectividad y de instrumentos apropiados para manejar ingentes cantidades de información; las personas y las empresas, lograron respirar, adaptarse y recomponer sus formas de trabajo, generando valor y nuevos sentidos.
En medio de esa crisis resurgió el concepto de alfabetización digital como la capacidad de una persona para crear y recibir mensajes; construir relatos; recoger, interpretar y elaborar contenidos; manipular lenguajes; generar y descifrar sentidos y propósitos; investigar, producir, analizar, localizar e identificar la procedencia de la información; comprobar la veracidad del contenido, de y a través de medios digitales.
Esta alfabetización digital antes conocida como educación en medios, educomunicación o simplemente como alfabetización mediática, fue asociada al aprendizaje en torno a la decodificación sobre los contenidos que los medios convencionales como la radio, la televisión e incluso el cine exhibían y difundían.
Por ahí se adentraba en algo a los mecanismos de composición o gramática audiovisual, pero el centro de atención se fijaba en las posibilidades de manipulación de un medio y sus contenidos, como fuente de poder.
El advenimiento de las “nuevas tecnologías” y su popularización a partir de los 90´s, hizo que el bíblico enfrentamiento entre David y Goliat, el pequeño contra el coloso; pudiese hacerse realidad.
Así, cualquiera con un simple smartphone o una cuenta en redes, tenía la posibilidad de enfrentar a un gigante corporativo y hacerlo reaccionar frente a una queja o abuso.
El viejo modelo emisor – receptor paso a ser un modelo de múltiples interlocutores con capacidad de generar y recibir contenidos simultáneamente, de modo pluridireccional, multidimensional, interactivo, con posibilidades de ser personalizado y a demanda.
La prevalencia del emisor y del mensaje sobre el resto de componentes de la comunicación, se desvaneció frente a la construcción y deconstrucción de un relato.
Como hemos sido testigos, el trabajo, los negocios y la educación se enfrentaron a la disyuntiva de adaptarse o morir. Pero en ese proceso surgieron nuevos problemas: la rápida obsolescencia tecnológica y la aparición constante de nuevos equipos, plataformas y programas; la infoxicación, la infodemia, la manipulación y la desinformación en ese mar de datos.
Por ello y con más fuerza e importancia que antes, la alfabetización digital resurge como el cimiento de una sociedad democrática en el espacio virtual que le dé al netizen o ciudadano digital, el instrumento indispensable para su desarrollo.
Esta capacidad de relacionamiento digital no se agota en una capacitación, ni se acaba en la reproducción de un modelo clásico de alfabetización para “aprender a leer y escribir”. Esto va mucho más allá del texto escrito y de las imágenes visuales y sonoras. Va por la inclusión y la actualización permanente y por la generación de conocimiento para uno, pero, (como valor agregado), pueda ser entendido por otros.
La alfabetización digital en este nuevo universo dominado por las comunicaciones, pone a prueba nuestra capacidad de entendernos y de buscar los mecanismos para lograrlo.
Santiago Carpio.
DOCTOR EN COMUNICACIONES de la Universidad Autónoma de Barcelona. Consultor – especialista en estrategias de comunicación, habilidades socioemocionales y producción audiovisual. Expositor y promotor del storytelling para la educación y el marketing. Docente PUCP, CENTRUM. Profesor Referente U. Continental. Docente UPN. Director de Proyectos e Innovación Educativa, Escuela Superior Toulouse Lautrec. Ex Presidente del Comité de Ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión. Ex DIRCOM de la Oficina General de Comunicaciones del MINEDU.
Felicitaciones. En un texto breve has descrito el torbellino que generó la pandemia para las diversas generaciones unos para mantener su ritmo de producción o de trabajo y los estudiantes de todos los niveles y modalidades para ingresar a nuevas aulas con las deficiencias y limitaciones no sólo de internet y servicios eléctricos existentes en las diferentes regiones, sino del manejo de los equipos ya no con fines de entretenimiento sino de aprendizaje. Invita la reflexión, el diálogo y obtención de experiencias como lecciones aprendidas que seguramente se produjeron.