Columnas

El gobierno que los “anti” nos impusieron

Pedro Castillo llegó a la presidencia del Perú por el voto de cientos de miles de peruanos, quienes haciendo uso del derecho a elegir y ser elegidos, que les reconoce la Constitución aún vigente, optaron por anteponer su postura “anti” y su irracional odio para imponerlo con sus votos, sin ser conscientes del daño que podría ocasionarnos un inepto, incapaz y corrupto gobierno que ahora afecta seriamente nuestra economía y si lo permitiéramos podría vulnerar nuestros derechos y libertades para tratar de perennizarse en el poder.

Más allá de las pocas expectativas que podíamos tener de este gobierno, más de la mitad de los peruanos aún esperamos una investigación seria sobre las irregularidades denunciadas en el último proceso electoral. Es evidente que en poco más de un año hemos retrocedido lo que costó lograr por la buena gestión de gobiernos en tres décadas. Pero lo que más nos debería sorprender es que, a pesar de la crisis moral y política que vivimos, casi tres de cada diez peruanos aprueban este desgobierno.

Una parte importante de los “anti” aún se reafirma en su negligente voto, mientras la otra parte ahora “saca cuerpo” y sin sonrojarse se indigna exigiendo que se vayan todos ante la generalizada corrupción del gobierno que ellos nos impusieron. Lamentablemente su legado está presente en cada día que Castillo se mantiene en el poder.

Lo que más nos debería preocupar es lo que nuestros niños y jóvenes están viendo y “aprendiendo” en este desgobierno. El profesor, que no enseña con el ejemplo, se ha convertido en el cabecilla promotor de antivalores que son su mecanismo de defensa para esquivar las acciones de la justicia que parece disponer de colaboradores que habrían proporcionado testimonios y pruebas que corroborarían lo que la prensa independiente denuncia desde hace meses.

Los principios y valores vienen siendo manoseados y distorsionados vilmente. La lealtad, desde la perspectiva de Castillo es sinónimo de complicidad. La intolerancia e irascibilidad de Aníbal Torres podría producir un sismo con alerta de tsunami. La verdad se pierde en la puerta del Ministerio Público. La honestidad es una palabra más en el diccionario de Silva, Pacheco y el entorno cercano de Castillo. La imparcialidad desde la visión de los organismos electorales parece una broma. El respeto en boca de un presunto violador es una ofensa. La solidaridad con los niños que mueren por cáncer es una inescrupulosa manipulación del gobierno. La igualdad es sólo utilizada para enfrentarnos en una perversa lucha de clases. La confianza se gana con sumisión y se comprueba con los nombramientos y destituciones en su gabinete.  La meritocracia no existe al nombrar a los funcionarios del gobierno que por el poco tiempo que permanecen en sus puestos no permite ni siquiera elegir al ministro del mes.

Castillo no tiene la más mínima idea por dónde comenzar a gobernar constructivamente. Es sólo un experto agitador que sabe generar caos e incertidumbre. Ha desarrollado habilidades para victimizarse, culpando al Congreso y a la Fiscal de la Nación de todo por lo que se le investiga, contando con el respaldo de la prensa oficialista y la “piquichona” prensa alternativa.

En los últimos días la sorpresiva destitución de Lady Camones puso en riesgo que el gobierno, con los “desinteresados” votos de sus aliados, tomara la presidencia del Congreso. Felizmente la oposición promovió una candidatura unificada que permitió que el general José Williams Zapata sea elegido por amplia mayoría. El general, valeroso estratega de Chavín de Huántar, genera expectativa. Tiene el liderazgo que se requiere para priorizar los proyectos pendientes en el Legislativo, acelerar la puesta en debate de las acusaciones constitucionales y exigir con firmeza que se aseguren procesos electorales imparciales y transparentes. Sabe que tendrá una difícil tarea en un Congreso que debe trabajar unido, poniendo por delante el Perú, dejando de lado egos e intereses personales.  

Luis Otoya Trelles
Comunicador con 42 años en la publicidad y el marketing. Columnista de VOX POPULI y DIARIO EXPRESO. He sido: Director de la APAP, Director de United Way International Perú, Presidente del Tribunal de Ética de la SNRTV, Presidente y fundador del Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONAR). Director Divisiones Menores de Alianza Lima. Soy una persona libre que persigo mi sueño de contribuir con mi país, He decidido participar activamente en política asumiendo el riesgo de terminar frustrado y salir chamuscado en el intento.

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