Las recientes denuncias relacionadas al uso indiscriminado del avión presidencial y los precios de los alimentos que andan por las nubes, parece que traerán cola.
Un vuelo del mes de junio de este año ha despertado el interés de la prensa por la presunción que uno de los pasajeros, con nombre cambiado y DNI inexistente, habría sido uno de los sobrinos de Pedro Castillo que está prófugo desde hace cinco meses. Si esto fuera cierto podría involucrar seriamente al gobernante quien ya enfrenta seis procesos que le ha iniciado la Fiscalía en calidad de investigado.
Castillo viaja casi todos los días a las diferentes regiones acompañado de una numerosa comitiva. Sorprende ver que, en el manifiesto de algunos de los vuelos, los nombres de los pasajeros no han sido debidamente completados y en otros sus documentos no coinciden.
Castillo parece vivir en un mundo paralelo. Un mundo en el que todo se debe hacer a su manera, sin importar que al hacerlo se infrinjan o no se cumplan leyes y normas vigentes que todos los peruanos por igual debemos respetar y por otro lado vemos a la autoridad que lejos de hacerla respetar, como correspondería, lo encubre y se colude tratando de ocultar la evidencia para blindarlo ante la presunta flagrancia del delito.
La informalidad es lo que caracteriza al desgobierno de Pedro Castillo que, en catorce meses, parece no darse cuenta de que los principales perjudicados, por su inacción y malas decisiones, viene siendo el pueblo que tanto menciona y del que perversamente toma su nombre para hacerlo partícipe de las atrocidades que comete.
Mantenerse en las nubes junto a la tripulación de aduladores que lo acompañan en sus viajes parece que le han hecho perder la perspectiva de lo que realmente es importante y le debería preocupar. Cientos de miles de peruanos que le dieron su voto con la esperanza que cumpla sus promesas de campaña han sido engañados.
Miles de campesinos y pequeños agricultores, que viven de lo que producen sus tierras, se sienten defraudados. No han tenido a tiempo la urea y fertilizantes que necesitaban para sembrar. Lamentablemente el Fertibono sólo alcanzaría al 30% de los productores agrarios a nivel nacional. Se estima que habrá una producción menor en 20% del volumen logrado hace un año. No habrá producción suficiente por incapacidad del gobierno. Esto causa un perjuicio en toda la cadena de distribución que, ante la escasez de alimentos, genera especulación y precios elevados.
La papa y el pollo son productos infaltables en la mesa de millones de hogares peruanos. Cada peruano en promedio consume por año 28 kilos de pollo y 90 kilos de papa. La ineptitud con la que se ha manejado la producción y abastecimiento de estos productos genera gran preocupación en las personas que ven con angustia que, con menores ingresos y alimentos caros, cada vez compran menos.
El mundo enfrenta una inminente crisis de energía y alimentos. Es ahora cuando deberíamos darle buen uso al avión presidencial para fortalecer nuestros vínculos con países amigos a través de una cancillería orientada en mejorar las relaciones comerciales e intercambio de recursos para lograr la colaboración que nos permita superar este difícil momento.
Nada de esto parece preocupar al inquilino de palacio de gobierno porque al ver las frecuentes compras de toneladas de pollo y embutidos parecen estar bien abastecidos y listos para enfrentar el hambre que se avecina.
Luis Otoya Trelles
Comunicador con 42 años en la publicidad y el marketing. Columnista de VOX POPULI y DIARIO EXPRESO. He sido: Director de la APAP, Director de United Way International Perú, Presidente del Tribunal de Ética de la SNRTV, Presidente y fundador del Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONAR). Director Divisiones Menores de Alianza Lima. Soy una persona libre que persigo mi sueño de contribuir con mi país, He decidido participar activamente en política asumiendo el riesgo de terminar frustrado y salir chamuscado en el intento.
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