Puesto el etnicismo en el tapete político por Antauro Humala, – recientemente en libertad, tras 19 años de prisión por haber liderado la insurgencia que asesino a 4 policías en Andahuaylas-, lo que interesa no es lo que diga, pregone y amenace Antauro, sino el hoy y el mañana de los movimientos sociales en el Perú.
Se puede decir, que, vistos los resultados de las últimas elecciones presidenciales, y acaso las regionales y municipales, en el Perú, como lo es en Bolivia y Ecuador, los movimientos indígenas (que son de tipo étnico) están comenzando a afectar la política nacional.
Recordemos que un movimiento social, debemos percibirlo, no como un grupo, sino como un proceso, algo que cambia constantemente (Foweraker; 1995), y por la aspiración al cambio, sea cual su dirección y sea cual su precio (Wikilson; 1999). Dichos movimientos tiene lugar por causa de un conflicto de algún tipo y así surge una nueva ideología que tiene el propósito de solucionar el problema (Ibarra; 2000).
Con partidos tradicionales en crisis, algunos de los cuales son vientres de alquiler y/o administrador de lobbies, y grupos de interés que no tienen en cuenta el bienestar general ni el bien común, los movimientos sociales, surgen por causa de necesidades insatisfechas del pueblo, que no son resueltas, ni por los partidos ni por los grupos interés. Los partidos políticos siguen intereses generales y solo llegar al poder, – incluido Castillo-, y los grupos de interés, en los cuales se incluyen a las ONG, hacen demandas al poder político pero no consiguen tampoco ayudar siquiera a resolver las necesidades.
En este pálido escenario, los movimientos sociales también hacen demandas al poder político, pero lo que los distingue es la importancia de la identidad colectiva, lo que le permite ser anti sistema, y buscar una alternativa al sistema existente (Ibarra; 2000).
No sé si haya voluntad y tiempo para conseguirlo, pero creo, que es hora que los partidos políticos se repotencien. Que tengan vigencia y luchen por el poder político, ya no con viejos cuños sino con visos y modelos de modernidad. Que para ello, incorporen a en su organización a los movimientos sociales llámense pueblos indígenas, amazónicos y afro-peruanos. Que si el sistema está equivocado, se cambie. Que si la descentralización está fallando, corregirla. Que si la Constitución hay que reformarla, que se reforme. Que si hay que enviar a la cárcel a tanto corrupto, que se haga. En otras palabras, encontremos en unidad nacional y deseos comunes, un rumbo apropiado, para resolver nuestra necesidades, sin recurrir a ideologías extranjeras, y pensando en Mariátegui “Peruanicemos el Perú”.
Si no es así, volveremos a las épocas de crisis republicanas, que trajeron un país vulnerable tanto económicamente como miliarmente, y volveremos a perder oportunidades de desarrollo, y volveremos a perder batallas o a impulsar luchas fratricidas. Volveremos a perder el tren de la historia.
Victor Velasquez Perez Salmon. Coronel del Ejército del Perú en Situación de Retiro. Se ha desempeñado como Catedrático de Historia Militar en la Escuela Superior de Guerra, Director de la Comisión Permanente de Historia, y miembro del Proyecto Ejercito 2001. Es autor de varias publicaciones de historia, ensayos, poesía y cuento.
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