Algunos analistas perciben que los peruanos estamos tirando la toalla en esta lucha contra un gobierno corrupto que parece haber dado muestras e indicios más que suficientes de actuar con premeditación y alevosía, para delinquir, desde antes de asumir el poder.
La fiscal de la Nación y algunas decenas de buenos legisladores, que lamentablemente son minoría en el Congreso, pelean con espada de madera frente a la corrupción. La inmunidad que goza el gobernante se la da la misma Constitución que Castillo promete cambiar en sus azuzadores discursos por las regiones del Perú. La fiscal Benavides ha denunciado constitucionalmente a Pedro Castillo ante el Congreso y por hacerlo recibe un apanado mediático por parte del oficialismo que pretende esconder la verdad, apoyada por la “prensa alternativa” que trabaja 24×7 construyendo historias para invalidar a la mensajera, en vez de poner el foco en lo que viene revelando el Ministerio Público.
Castillo se debe sentir cercado por los temas que se investigan en la denuncia y que tarde o temprano lo podrían terminar comprometiendo. Esto parece haber agudizado sus problemas de comprensión lectora. Su gobierno tiene la responsabilidad, no asumida hasta ahora, de generar confianza en nuestro país para atraer la inversión extranjera. No requiere de la intervención extranjera que busca al solicitar a la OEA active la Carta Democrática para victimizarse ante la opinión pública mundial, alucinando que está en marcha un plan para darle un golpe de Estado. Confunde lo que debería ser su obligación de rendir cuentas ante quienes ejercen control político y los que cumpliendo su deber de fiscalizar le exigen transparencia. Castillo no puede negarse a colaborar pretendiendo politizar la justicia acusándola de organizar un complot en su contra.
La delegación de la OEA vendrá, se reunirá y escuchará a “toditititos” los denunciantes y denunciados en el Congreso, el Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional, partidos políticos, iglesias, gremios, prensa, etc, etc…pero ya sabemos que sus funcionarios sólo ven por su ojo izquierdo y se pronunciarán respaldando solidariamente a este “indefenso” gobierno. La oportunidad está en que la visita de los sibaritas de la OEA traerá prensa extranjera, que podría jugarle en contra al gobierno, ya que no va a pasar inadvertido el mal olor de los “chicharrones” por los que la fiscal de la Nación decidió investigar al gobernante como presunto cabecilla de una organización criminal.
La severa crisis que viven dos de cada tres peruanos en nuestro país no se solucionará sólo con bonos que se entregarán mientras haya dinero suficiente. Castillo parece no entender que para llevar adelante los programas sociales que podrían ser una importante asistencia para mitigar el hambre del pueblo, antes debe buscar recursos y armar una estructura adecuada para asegurar que se mantengan en el tiempo. En paralelo debe generar más empleo y sabemos que el empleo digno lo produce la empresa privada a la que Castillo pecha permanentemente e impone leyes que lo desincentivan.
Repito, nuestro país requiere más inversión extranjera, no intervención extranjera. Es importante que el gobierno active los proyectos mineros que podrían contribuir aportando más impuestos y a la vez incrementen la inversión pública, poniendo en marcha proyectos importantes en todo el país que demanden mano de obra de los peruanos que necesitan trabajar para poder alimentar, educar, curar y dar bienestar a los suyos.
La cobertura en directo que da la prensa a las actividades del gobernante, se ha convertido en una machacante tortura para los televidentes que cambian de emisora saturados de sólo verlo victimizarse y defenderse de cada una de las denuncias que le “inventa” una mafia golpista sólo por ser un humilde campesino que sin pruebas es acusado junto a su familia. Es difícil recordar el anuncio de un plan de cómo superar la crisis económica que nos afecta y mucho menos la puesta en marcha de importantes obras y proyectos que generen más y mejores servicios para los peruanos.
El gobierno de Castillo se cae a pedazos, no da para más. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por qué ante tanto testimonio y pruebas acopiadas por la Fiscalía aún se mantiene en el gobierno Pedro Castillo? Porque se estima que alrededor de veinte congresistas habrían vendido su alma al diablo, siendo una amenaza para el futuro del país y una vergüenza para aquellos legisladores que si cumplen con el compromiso para el cual fueron elegidos.
Hace unos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, invocó al Congreso de Perú a que autorice el viaje de Pedro Castillo a su país para asumir en noviembre la presidencia de la cumbre de la Alianza del Pacífico. Por esos días es muy probable que la presión y la indignación popular en su contra se incremente. Si se le permitiera viajar podría sentirse tentado a solicitar asilo y decidir quedarse por allá. Quizá sea una buena decisión del Congreso dejarlo ir y que su salida sea una forma de liberarnos de su perjudicial desgobierno.
Luis Otoya Trelles
Comunicador con 42 años en la publicidad y el marketing. Columnista de VOX POPULI y DIARIO EXPRESO. He sido: Director de la APAP, Director de United Way International Perú, Presidente del Tribunal de Ética de la SNRTV, Presidente y fundador del Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONAR). Director Divisiones Menores de Alianza Lima. Soy una persona libre que persigo mi sueño de contribuir con mi país, He decidido participar activamente en política asumiendo el riesgo de terminar frustrado y salir chamuscado en el intento.
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