El caso emblemático de Petroperú
Petroperú con su crítica situación de iliquidez y un nivel cada vez menor de solvencia es un caso claro de muy malas decisiones de inversión pública sin sustento técnico ni financiero, carencia de buenas prácticas de gestión, poca transparencia y grave perjuicio para los peruanos vía tesoro público o los más altos precios de los combustibles en Latinoamérica
Este tema lo hemos planteado el pasado 10 de julio en un artículo “El Estado ya no debe actuar como empresario en actividades de riesgo”, con una propuesta técnica de transformación y liquidación ordenada de activos, la cual no fue tomada en cuenta por el gobierno y más bien hizo todo lo contrario con el DU 023-2022, en que añade US$1,500MM al forado en vez de actuar con criterio técnico y sensatez haciendo lo propuesto.
Ahora hagamos un recuento general sobre este tema:
¿Cómo y por qué se decidió construir esta nueva refinería?
A. Nadie lo sabe, pero claramente se hizo sin ningún criterio técnico porque nunca se evaluó su rentabilidad. Esto es algo básico y fundamental en cualquier toma de decisión de inversión, sea en un gran proyecto de miles de millones de dólares hasta un emprendimiento pequeño como una carretilla de cebiche en el mercado.
B. La pregunta es y debió serlo cuando se decidió construir la nueva refinería de Talara: ¿es rentable, es buen negocio?
Nunca lo fue ni lo va a ser, porque Petroperú en los últimos 8 años tuvo un promedio de ventas de US$4,270MM con una utilidad antes de impuestos de 2.5% o US$108MM y se endeudo en US$5,800MM a una tasa promedio aproximado de 4%, que generaría un gasto financiero anual de US$232MM, dado que el gasto financiero es mayor a la utilidad antes de impuestos, produce perdidas, ergo no es rentable.
En ese momento, el Directorio de Petroperú no debió autorizar esa decisión y no se debió construir la nueva refinería.
C. Solo para absorber ese gasto financiero, Petroperú debería vender como mínimo unos US$9,280MM, cifra que es más del doble que US$4,270MM que es el promedio de ventas de los últimos 8 años sin incluir el 2021.
Es decir, es imposible matemáticamente que Petroperú pueda absorber el costo de la construcción de la refinería, y eso es solo para cubrir el gasto financiero sin pagar un dólar del principal de la deuda actual de US$8,050MM.
¿Cuál es la situación actual?
A. Hasta el momento tenemos deudas impagables/perdidas de US$8,050MM como mínimo en valor corriente y si sigue operando serian del orden US$9,800MM como mínimo, en valor actual.
Nota: según El Comercio, 30 marzo 2022, que ha tenido acceso a los Estados Financieros no auditados del 2021 de Petroperú, la deuda total de dicha empresa seria de aproximadamente US$6,650MM a los que habría que añadir los US$2,250MM del 2022 entre capitalizaciones, préstamos y líneas de crédito garantizadas por el estado, dando un total de US$8,900MM
B. El pasado 10 de julio planteamos la transformación de Petroperú para recuperar perdidas, pagar deudas y mantener la actividad comercial de venta de combustibles generando en 40 años utilidades que servirán para pagar una significativa parte de las deudas a largo plazo.
Claramente esa propuesta técnica y viable, como se hace correctamente enmendando rumbos en el sector privado, fue rechazada y el gobierno opto por el camino contrario, inyectándole a Petroperú US$1,500MM adicionales el pasado martes 25 de octubre a través del DU 023 – 2022, totalizando US$2,250MM en lo que va del año 2022.
C. Ante esa total falta de criterio técnico y responsabilidad del gobierno en la toma de decisiones de inversión pública, no queda otra salida más que liquidar la empresa para detener la hemorragia de recursos por la ineficiencia e incompetencia en la gestión de Petroperú, cuyos costos nos trasladan a todos los peruanos vía tesoro público o los precios más altos de los combustibles en Latinoamérica.
D. La propuesta del Decreto de Urgencia 023-2022 del rescate de Petroperú de traer una consultora extranjera es solo un “engaña muchachos”, lo mismo que la supuesta privatización de la empresa porque nadie va a invertir en una empresa técnicamente quebrada, que solo produce perdidas, con un significativo sobrendeudamiento y teniendo al estado peruano como socio mayoritario.
Eso no va a pasar nunca, ese DU es una cortina de humo cuyo objetivo es prolongar la vida de un muerto empresarial, plagado de ineficiencia, corrupción y perdidas.
Conclusiones:
1. Petroperú no tiene sentido ni beneficio para el estado ya que genera pérdidas en Valor Actual por montos significativos -US$9,800MM es aprox. 4.5% del PBI- que debieron ser destinados a la construcción de infraestructura pública hospitalaria, educativa y de conectividad, particularmente beneficiando a los 16.6MM de peruanos en situación vulnerabilidad.
Del mismo modo, tampoco beneficia a los 33 millones de peruanos porque solo nos traslada sus ineficiencias y multimillonarias perdidas a través del Tesoro Público o mayores costos en los combustibles.
2. Petroperú debe ser liquidada ordenadamente lo más pronto posible, para cortar esta hemorragia de recursos, que pudieron ser destinados disminuir la vulnerabilidad de 16.6MM de peruanos y en simultaneo bajar los precios de los combustibles para los 33 millones de peruanos.
3. Los responsables de esta calamidad económica que llevo a la quiebra técnica por insolvencia a Petroperú son el Sr. Humberto Campodónico y el ex Pdte. Ollanta Humala, ambos directos responsables de este “agujero negro de mala gestión” que ya bordea los US$10,000MM en perdidas proyectadas que pagaremos los peruanos de nuestros impuestos.
Si bien eso ya es un hecho irreversible, también es cierto que Petroperú tiene una participación del Mercado del orden del 40% en diésel y 50% en gasolinas, con ese porcentaje de participación en el mercado hay valor que puede ser rentabilizado creando una nueva unidad solo comercial, una trading de combustibles, con personal especializado, 20 traders y un CEO, con todo el back office tercerizado, con un presupuesto anual de gastos de no más de US$10MM, generaría alrededor de US$150MM en utilidades anuales calculadas a partir de los Estados Financieros de Petroperú del 2020 en que actuó puramente como trading de combustibles ya que la antigua refinería cerro el 31 de diciembre del 2019 y la nueva refinería aun no opera.
Esta unidad comercial operaria en un nuevo edificio en Villa El Salvador ya que el Estado tiene espacio no utilizado dado que en los Juegos Panamericanos del 2019 no se construyeron todas las torres programadas, o en un piso alquilado de otra dependencia del estado.
Con esta operación comercial se podrían generar hasta un máximo de US$6,000MM, destinados 50% a intereses y 50% a amortizaciones de deuda en 40 años, otros US$1,500MM máximo en la venta de la refinería y quizás unos US$250MM vendiendo todos los demás inmuebles y refinerías menores.
De esta manera se reduciría la deuda en aproximadamente US$4,750MM de un total de US$8,050MM a la fecha, eso es aproximadamente el 60% de la deuda de Petroperú al 31 de octubre del 2022.
En suma, si hacemos las cosas bien dentro de un esquema de trabajo profesional, de la más alta calidad, podríamos vender la refinería, mantener el empleo en Talara, impulsar la inversión privada dinamizando el sector hidrocarburos, reducir el precio de los combustibles beneficiando a los 33 millones de peruanos y usando los recursos frescos de las ventas de activos para liquidar al personal y construir infraestructura hospitalaria, educativa y de conectividad para los 16.6 millones de vulnerables que tenemos en Perú, que son casi el 50% de la población.
4. La liquidación de Petroperú debe ser un proceso transparente y ordenado, liderado por un equipo técnico de profesionales peruanos con trayectoria de gestión impecable y exitosa experiencia profesional no menor a 20 años en áreas de reingeniería, reestructuraciones y energía.
Incluso, tal como lo hicimos en el pasado artículo del 10 de julio, proponemos al Sr. Carlos Neuhaus, un profesional técnico y ejecutivo, con prestigio impecable para liderar ese equipo.
5. El Estado no puede actuar como empresario en actividades de riesgo, la lección es clara, nos está costando actualmente un mínimo de US$8,050MM en pérdidas y aproximadamente US$9,800MM si sigue operando.
Dicho sea de paso, hasta el momento la nueva refinería sigue sin generar un dólar porque todavía no la terminan.
6. Tomando como ejemplo esta nefasta decisión de inversión en una refinería que solo va a dar perdidas, el Congreso debe dar una ley de “Reforma del Sistema de Toma de Decisiones de Inversión Pública.”
Con la asesoría técnica de algunos países como Alemania, Holanda o Suiza más expertos en gestión y proyectos nacionales, se debe implementar la reforma del sistema de toma de decisiones de inversión pública a través del Congreso.
7. No queremos ni podemos seguir ejecutando proyectos que dan pérdida total como la Refinería de Talara con US$9,800MM, ni adendas fuera de presupuesto como la Irsa Sur cuyo presupuesto original fue de US$800MM y termino costando US$4,500MM es decir 5.6 veces el presupuesto original, porque el nuevo sistema de toma de decisiones necesariamente deberá incorporar criterios financieros de rentabilidad así como certificación de proveedores, tarifas costo/km y demás parámetros o estándares World Class, para que no haya sobrevaluaciones astronómicas de obras como pasó con Odebrecht/Cía.
Jose Quesada Seminario.
Administrador de Empresas, con estudios de Post Grado en Finanzas en ESAN, con amplia experiencia en Gestión, Planeamiento Corporativo, Reingenierías Globales y Evaluación de Proyectos.
Ha sido funcionario encargado de las finanzas de empresas transnacionales como Bata, Pirelli y otras.
Actualmente es Gerente General de Quesada & Asociados SAC, siendo consultor ejecutivo y un profesional comprometido con la modernización y desarrollo de nuestras empresas asi como de la generación de riqueza y bienestar para nuestro país.
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