El Gobierno por enésima vez pecha al Congreso en una actitud permanente que forma parte de un perverso plan que desde hace meses ha puesto en marcha Castillo para victimizarse ante la población, en sus diarios discursos por calles y plazas del interior del país, para hacer responsable al Legislativo de todo lo malo que nos pasa y no debido a su ineptitud e incapacidad. Mariella Balbi lo define muy bien: “Donde va Castillo, siembra el odio entre los peruanos y culpa al sistema actual de la pobreza existente, siendo su desastroso gobierno el principal responsable de que esta crezca y de la poca capacidad de gasto del ejecutivo.”
Un cínico y amenazante presidente del Consejo de Ministros pretende imponerle al Congreso que derogue una ley que se aprobó con los votos en mayoría del pleno, justamente para regular el mal uso y abuso de la Cuestión de Confianza que ahora pretende utilizar el Gobierno para esquivar a la justicia. Torres es enfático: “Si nos dicen que nuestra propuesta es inadmisible o no procede, lo tomaremos como un “rehusamiento” de la confianza”. Es evidente que Torres no aceptará un NO como respuesta. Pero eso será su problema y quizá esto finalmente sea lo que propicie su salida.
Mientras tanto la mano del Ejecutivo viene cargada de inconstitucionalidad. Para el Gobierno no ha sido suficiente que el Tribunal Constitucional se haya pronunciado antes, cuando declaró improcedente el pedido de aclaración solicitado por el Poder Ejecutivo, sobre la demanda de inconstitucionalidad de la Ley promulgada por el Poder Legislativo. Federico Salazar en su reciente columna define bien las intenciones del Gobierno: “La amenaza es: si declaras que no procede mi “cuestión de confianza”, entonces la considero “rehusamiento”. Por tanto, hago caer mi Gabinete. Así, quedo más cerca del cierre del Congreso.”
Aldo Mariátegui también se ha pronunciado sobre lo que pretenden hacer: “La jugada está clara: si el Congreso responde que es improcedente el pedido se habrá quemado la bala de plata. No se necesita ser un genio para avizorar que inmediatamente buscarían otro tema para ir a una segunda cuestión de confianza y cerrar el Congreso”
Nos rehusamos a creer una palabra de la perversa solicitud del premier que sólo busca impunidad para el gobernante, cerrar el Congreso y cambiar la Constitución para perennizarse en el poder. Madeleine Osterling lo viene diciendo desde hace tiempo: “Es clarísimo que lo único que verdaderamente atenta contra la libertad y las instituciones en el Perú es esta red de corrupción que se ha instaurado en el gobierno y apropiado del país.”
Esta semana hemos tenido la visita en nuestro país de los funcionarios extranjeros designados por la OEA para ratificar o desmentir la denuncia internacional que realizara Pedro Castillo de que habría en marcha un golpe de Estado contra su gobierno. De las preferencias políticas de la OEA y de Almagro no nos quedan dudas sobre el contundente informe que emitirán. César Campos, en su columna del último domingo en Expreso, lo delineó en pocas palabras: “Para darle un espaldarazo a Castillo puedo anticipar –sin temor a equivocarme– las sugerencias de la OEA: reforzar el diálogo, mesas de trabajo reformistas, apoyo en la sociedad civil, consideración a la prensa. Nada de los robos ni el acoso a la fiscal de la Nación”
Luis García-Miró considera que: “La OEA debería pronunciarse si el gobierno: 1) ejerce la democracia con transparencia, probidad y responsabilidad; 2) respeta las libertades de expresión y de prensa: y 3) constitucionalmente, se subordina al Ministerio Público. Castillo no cumple ninguno.”
Ante la coyuntura política Rosangella Barbarán define bien la postura del Congreso en sus redes sociales: “El ejecutivo fácticamente perdido. El Congreso tiene que ser prudente, pero contundente.”
El gobierno se muestra desesperado, intolerante y agresivo, lo que lo hace impredecible y peligroso en sus decisiones y actos. Por ello reitero que debemos comenzar reconociendo que, si la oposición no se une. va a ser difícil salir de este Gobierno, ya que enfrentamos a un gobernante, sus ministros y a algunos legisladores a los que sólo les interesa mantener el mayor tiempo posible su banda presidencial, su fajín ministerial o su escaño en el Congreso. La principal razón parece ser que no debe estar en sus planes, aceptar cambios que pudieran afectar la permanencia en sus cargos y en su economía.
Luis Otoya Trelles
Comunicador con 42 años en la publicidad y el marketing. Columnista de VOX POPULI y DIARIO EXPRESO. He sido: Director de la APAP, Director de United Way International Perú, Presidente del Tribunal de Ética de la SNRTV, Presidente y fundador del Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria (CONAR). Director Divisiones Menores de Alianza Lima. Soy una persona libre que persigo mi sueño de contribuir con mi país, He decidido participar activamente en política asumiendo el riesgo de terminar frustrado y salir chamuscado en el intento.
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