Amaro La Rosa Columnas

Protestar no es destruir

Durante muchos meses, desde la campaña electoral, Castillo y su círculo trasmitían mensajes de odio, resentimiento y polarización. No vamos a repetir los términos usados, pero lo cierto es que se azuzaba a la población contra la prensa independiente y contra todo aquel que tuviera una visión crítica. Iniciado el “gobierno” de Castillo se repetía cada día la misma narrativa.

Iniciado el desgobierno del lápiz vinieron luego los denominados Consejos de Ministros descentralizados en los cuales según los datos más conservadores se gastaron más de 18 millones de soles. Según se decía era para acercar el gobierno al pueblo; sin embargo, siempre se evitaba el ingreso de personas o sectores que no eran afines al gobierno y se usaba la clásica portátil, esta vez rentada con fondos públicos. La receta era la misma: Discursos de odio, victimización, promesas imposibles de cumplir y la insistencia en su propuesta de “asamblea constituyente” que abriera el camino a una dictadura al estilo de los defensores del grupo de Sao Paulo. Y por cierto en esta “asamblea” sólo estarían “los verdaderos representantes del pueblo”, mejor dicho, los designados a dedo por el régimen. Se repetía cada día la misma narrativa.

Luego vino el nombramiento de prefectos ligados con la subversión y el terrorismo quienes se reunían con las más altas autoridades del régimen.

Producido el golpe de Castillo se puso en marcha el plan siniestro. Se habla del derecho a la protesta, pero lo que está ocurriendo son una serie de actos vandálicos y delincuenciales: Toma de carreteras, destrucción de la propiedad pública y privada, amenazas a la población. Todo ello afectando la economía del país, en especial de los sectores más vulnerables. Esto es claramente subversión. Lo decía Lenin. “hay que agudizar las contradicciones”, Vale decir destruir, porque solo así podría imponerse la dictadura, que tal como en Venezuela o Nicaragua, para poner solo dos ejemplos, terminaría con los derechos fundamentales y llevaría el país a la ruina.

Por cierto, no se habla de la evidente corrupción y el desgobierno del régimen. Inclusive se plantea como meta la reposición del aprendiz de dictador, ahora cumpliendo 18 meses de prisión preventiva. Se habla de “represión” pero no se menciona el legítimo derecho a la tranquilidad pública y de la obligación que tiene el estado de utilizar todos los medios posibles para evitar y contrarrestar el vandalismo.

Está claro que en este concierto de violencia hay agitadores terroristas en las calles y en el propio Congreso. Y, por cierto, recursos financieros para las movilizaciones “espontáneas”.

En este panorama en que algunos quisieran que predomine el caos, la destrucción y el odio hay sin embargo iniciativas valiosas de colectivos e instituciones que promueven la paz, Qué mejor forma de cerrar esta nota que con el mensaje del poster de @Edu.Comunicando.Ica que reproduce las palabras de Nelson Mandela: Derribar y destruir es muy fácil… Los héroes son aquellos que construyen y que trabajan por la paz.

Amaro La Rosa.
Periodista e Investigador

0 comments on “Protestar no es destruir

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: