Uno tras otro, distintos países de nuestra América Latina, han elegido gobiernos de izquierda. En esa constante, el Perú no ha sido la excepción.
La asunción de movimientos y partidos políticos de izquierda, está directamente correlacionada con el sentimiento de decepción que los sectores populares y las clases subalternas de la región tienen, respecto a los resultados en materia económica basados en las políticas de mercado y con resolver conflictos como la pobreza, integración social y seguridad psicológica.
Es más, si la escalada de gobiernos de izquierda continua, el Perú tendrá en el 2024, otro gobierno de izquierda.
En una breve referencia histórica, en más de 90 años, la izquierda literal de Mariátegui nacida en 1930; soviética con Rabines en los 60, foquista en las guerrillas de 1965 en Lares y Cuzco, y la de PCP-SL, vencida militarmente en la Sierra Central en 1990, solo ha producido para el país, desunión, violencia y destrucción, y eso ya debe terminarse.
No es difícil buscar solucionemos inmediatas ni muy lejanas a los problemas sociales, económicos y políticos que tiene el país. Pero si, se pueden solucionar, mediante un proceso político con dialogo y no con violencia y destrucción de la infraestructura pública ni privada, luego de establecer hojas de ruta conjunta entre el que gobierna y los gobernados.
Si así, lo hiciéramos, cambiaríamos diálogo por estallidos sociales, planes sociales por enfrentamientos armados; votos por hombres probos en lugar de ofsider o caudillos; impulsar la producción agropecuaria en lugar de incendiar centros de manufactura; cuidar el medio ambiente en lugar de atentar contra oleoductos; avanzar en la reforma tributaria en lugar de boicotear la economía fabril; honradez por corrupción; justicia por impunidad, y paz social en lugar de guerra civil.
Los peruanos que quieren seguir apostando por la izquierda, deben saber que la lucha de clases o el marxismo-leninismo como la doctrina más importante para definir las posiciones de izquierda en el mundo contemporáneo, ya no representan ningún tipo de alternativa ideológica.
Que, para solucionar problemas de desigualdad, deben establecer nuevos dogmas ante el fracaso del comunismo que se volvió utópico.
Que, los discursos presuntuosos que culpan al neoliberalismo de todos los males, no son más que demagogia pura.
Que si, manteniendo la tendencia política actual, la izquierda política en el Perú, aspira a ser nuevamente gobierno, debe de cambiar. No debe ser la continuación del pensamiento marxista-leninista; tampoco ser parte del Socialismo del Siglo XXI, ni tampoco seguir con lo delincuencial y corrupto del breve gobierno de Perú Libre y Castillo.
Finalmente, si va a seguir la izquierda en el poder, debe refundarse, debe mirarse en los gobiernos de Petro o Boric o Lacalle, para ser izquierda progresista, y desterrar a Abimael Guzmán o a Chávez que solo trajeron más pobreza a los más pobres, y más riqueza a sus clases dirigentes.
Victor Velasquez Perez Salmon. Coronel del Ejército del Perú en Situación de Retiro. Se ha desempeñado como Catedrático de Historia Militar en la Escuela Superior de Guerra, Director de la Comisión Permanente de Historia, y miembro del Proyecto Ejercito 2001. Es autor de varias publicaciones de historia, ensayos, poesía y cuento.
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