Columnas Ismael Iglesias

Destruyendo la familia

Engels escribió junto a Marx el famoso Manifiesto Comunista en 1,848, que muchos trabajadores de la entonces revolución industrial lo tomaron como una biblia, a esta obra se sumó El Capital de Marx, y desde allí la demagogia y la mentira del marxismo caló en mucha gente, surgieron los partidos comunistas y vinieron los millones de muertos. Pero ¿qué buscaron Marx y Engels? Desaparecer la propiedad, el estado y la familia. Engels, un ricachón de la época y que mantuvo a Marx y a los hijos de éste durante toda su vida ya que Marx no trabajó nunca, sino andaba en su afición al whisky en el famoso Club de La Taberna en Tréveris, Alemania (desde allí las cantinas se conocen también como tabernas, por el lugar preferido de Marx). El buen Marx era aficionado a las prostitutas, a los juegos de azar y a los préstamos que nunca honraba. Su vida era tan desordenada, que era un irresponsable con su familia, sólo tres de sus hijas de los siete que tuvo, llegaron a edad adulta, lamentablemente cuatro murieron muy niños. De las tres hijas, Jenny murió de cáncer y las otras dos (Eleanor y Laura) se suicidaron, Laura se suicidó junto a su esposo Paul Lafargue, autor del libro El Derecho a la Pereza (no es broma, así se titula el libro). De hecho, ante tremenda realidad, la pregunta de cajón es ¿Qué pasaba en esa familia? Quizá la respuesta esté en el libro de su amigo y benefactor Engels, “El origen de la familia, de la propiedad privada y del estado”, decía que la familia debía desaparecer porque el padre cumplía el mismo rol que el estado burgués y la madre representaba al proletariado, que al igual que en la sociedad, entre ellos había una lucha de clases y por lo tanto una explotación del uno sobre el otro. No sé de dónde saca tremenda barrabasada y ubica al hombre, a la mujer, a la familia que forman, en una pésima comparación de su ya equivocadísima concepción comunista del mundo, donde según él la propiedad privada es la que origina la lucha de clases, y que al desaparecerla, todos, como por arte de magia, seremos iguales económicamente, y por lo tanto ya no será necesario el estado. Acertó en solo una cosa, el comunismo iguala a todos económicamente pero en la pobreza, el comunismo no acepta que alguien se esfuerce y se rompa el lomo forjando su empresa, y que tenga una rentabilidad, odian a los que se esfuerzan, odian a los que trabajan, en el comunismo, todos deben vivir del estado y su mamadera (derecho a la pereza). Por eso quieren destruir a la familia, desaparecerla, éste alucinado tal vez nunca se enamoró de a de veras, no sabe lo que es darlo todo por los seres que amamos, debió ser, al igual que Marx, otro pegalón alcohólico metido siempre en su verborrea comunista, minimizando las cosas del hogar, del amor de pareja así como la responsabilidad y alegría en hacer tareas, jugar y cuidar de los hijos. La familia es, en esencia, nuestro origen, nuestro desarrollo y realización, y finalmente nuestro trascender en la vida, cuando hayamos partido, de hecho, en nuestros hijos y nietos se quedará mucho de nosotros, nuestra risa, gestos, nuestros genes y sobretodo nuestros principios, quienes más nos visitarán en la tumba y nos recordarán siempre será la familia. La familia, no tiene el origen del alucinado de Engels que dice que nace con la propiedad privada y sirve para explotar a la mujer por el hombre ¡Nada más falso! De hecho la institución del matrimonio (del latin mater monium, matriz, útero, madre y de monium, calidad o función de) se crea para proteger a la madre, especialmente de los hombres que se iban a la guerra, que a veces duraba años, para que al volver asuman su responsabilidad como padres y esposos (patrimonio, pater y monium), de allí que el matrimonio tenga directa relación con el patrimonio. Un comunista es un misógino nato, es un odiador de la mujer y la familia, de la religión y de todo cuanto no sea fanatismo y obediencia sumisa al partido y a sus alucinados, machistas, beodos y corruptos líderes. De hecho, todos, o casi todos los comunistas, especialmente los azuzadores y pseudo líderes de hoy, tienen antecedentes de violencia familiar. Así que, cuando escuche socialismo, marxismo, comunismo y toda esa retafila de nombres y frases demagógicas, recuerde quiénes y porqué fundaron el comunismo, quiénes lo lideran ahora en el país, pero sobre todo recuerde que Marx, Engels y demás alucinados, destruyeron su familia, no deje que destruyan la suya.

Ismael Iglesias
Oficial FAP en retiro. Licenciado en Ciencias de la Administración Aeroespacial. Graduado en Inteligencia. Bachiller en Ciencia Política. Inteligencia en EE.UU. Imágenes Satelitales en Francia. Estudios de Maestría en Ciencia Política. Fue Gerente Municipal y Gerente General del Servicio de Administración de Inmuebles en Trujillo. Escribe en Correo. Ha escrito en La Industria, Revista Aviación, Revista Air Power de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y otros. Miembro del Instituto de Estudios Vallejianos – Universidad Nacional de Trujillo.

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