Hay un país africano que se llama Nigeria que va a entrar en elecciones en los próximos meses, donde a pesar de haber diferencias hay ciertas similitudes de tiempo – espacio que nos permiten adelantar juicio sobre cómo va a ser el escenario electoral y post electoral en el Perú. Lo primero que se espera es discursos político violento y fragmentación política en la oferta política nacional. En el caso de los paros y toma de carreteras se espera que el propio proceso electoral no se dé al 100% en algunas regiones. Los conflictos políticos inter – regionales se van a suceder por medio de sus representantes políticos y la presencia militar va a ser más fuerte conforme se acerquen más las elecciones.
Otro riesgo es que muchos de los partidos políticos no acepten los resultados de las elecciones, y haya una crisis de gobernanza por la imposición de programas de gobierno por una minoría no representativa que con certeza alimentará aún más la polarización política del país. Esta tragedia se está agudizando cada vez más en los últimos 5 a 6 años, donde el desgobierno y la falta de voluntad de consensos y cesión de posiciones de negociación políticas han causado mucho daño al país.
En Nigeria al igual que en el Perú, existen muchos recursos naturales, y existe la trampa de la pobreza con los recursos naturales en explotación, donde los recursos se quedan en una burocracia y proyectos públicos corruptos fallidos. En Nigeria, al igual que en el Perú millones de jóvenes están entrando a votar sin cultura política, habiendo sido contaminados con un discurso radical. En el caso de Nigeria están los grupos radicales, los cuales son mucho más mortales que en el Perú, pero no menos dañinos que en el Perú, según lo han probado ya con sus últimos actos vandálicos y de rompimientos de la cadena de pagos a nivel nacional.
Los fenómenos políticos sociales económicos se repiten siempre con variantes según el espacio tiempo específico. Para el caso peruanos, la diferencia que tenemos con la convulsión social en Chile y Colombia, es que en ambos países precedieron gobiernos de derecha como Duque en Colombia y Piñeira en Chile, y en ambos casos han un precedente de buena gestión pública, pero sin políticas progresistas sociales. En el caso peruano, tenemos que lo que precede a las revueltas es un gobierno de izquierda ineficiente corrupto, lo cual ha calado en la población que está atrapada en un voto castigo entre No Derecha extrema, No Izquierda Corrupta Radical. Solo sin dejar de lado las estadísticas de presidentes y partidos regionales locales envueltos en escándalos de corrupción, son un reflejo del estado de frustración y enojo de la población con la clase política.
Lo triste de esta prospectiva es que el gobierno que entre, quien entre y de donde venga, no va a tener mayoría y va a tener que buscar consensos en algunos casos imposibles de lograr con riesgos a bloqueos desde el congreso. No crean que me olvidado de la constitución. Todo indica que el punto medio sucederá, y es decir que del útero del propio congreso y de un grupo de especialistas saldrán los cambios para una aprobación vía referéndum, tomando como muestra el ejemplo último del caso chileno, y su caso fallido de una constitución inicialmente extrema para tener que pasar a realizar una constitución moderada. Se repite nuevamente el contagio socio político en la región latinoamericana.
¿Por qué he hecho este análisis? Porque somos libres de aceptar o no este camino por demás destructivo para el país, donde su economía pierde momento de crecimiento y desarrollo, y se polariza aún más la población. En IESD hacemos prospectiva, y sobre eso desarrollamos proyectos prácticos para el desarrollo micro de comunidades rurales y urbanas. Es como sanar a un organismo enfermo que con certeza va a caer muy enfermo, y hacer a tiempo. Por ello, estamos negociando un futuro mejor. A seguir trabajando, Dios los bendiga. Dimitri Vavoulis 997560699
Dimitri Vavoulis.
Soy economista de la Universidad del Pacifico con MBA en la Universidad de Esan. Tengo una experiencia en banca, finanzas y negocios por más de treinta años, y estoy fascinado con el cómo se fusionan las diferentes disciplinas económicas y financieras aprendidas en el sector inmobiliario. Soy por naturaleza emprendedor y proactivo, llevando a buen término los proyectos de negocios complejos que me tocan desarrollar.
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