Los extremos de la balanza política a nivel global, y en especial en el Perú están en contra de empoderar a la población local, bridarles acceso empresarial a los mercados y educarlos, es decir siguen con la retórica extrema que la Ingeniería del Desarrollo e IESD (Educación Internacional para el Desarrollo Sostenible) no se puede. Basta revisar los cursos de las carreras de economía del Perú y se observa el enorme vacío en términos de microeconomía para el desarrollo.
Estamos frente a dos extremos en el país que pecan de indolentes y que ponen en riesgo el bienestar de millones de peruanos simplemente porque no usan su creatividad para el desarrollo de proyecto de micro desarrollo, que si quieren los pueden o no llamar ingeniería del desarrollo, pero que se hagan.
Nunca he visto tanta indolencia en el Perú como ahora, y todos se rasgan las vestiduras por el llamado pueblo, y lo único que están tratando de hacer es perpetuar una economía ilegal y reducir la ya poca presencia del estado y sus instituciones. En el proceso se pierde la sana cultura política que tendría que haber en el país y todo se busca resolver por medio del conflicto y la confrontación. Pareciera que el consenso hubiera desaparecido del diccionario de habla castellana peruana.
Es cierto que lo que escribo es como un grito en el desierto donde, una multitud está avocada a sus propios que haceres y responsabilidades, pero justo allí está el tema. Hay gente que se aprovecha de eso y de apatía y pasividad de muchos, y porque también del egoísmo de algunos que satisfechos con sus negocios no buscan proyectar un bien hacia sus comunidades para, porque que no, proteger lo que ellos buena mente han logrado.
A veces buscan acallar estas voces dispersas que invitan a la reflexión y a decirles sí se puede, pero que depende del altruismo y no del egoísmo de las personas. Esto está por encima de los extremos de la política, esto es un tema de vida y percepción de actitud de vida. Cuando damos el salto hacia el altruismo, no perdemos, sino ganamos porque se genera una corriente virtuosa que corre hacia los demás que luego vuelve hacia nosotros y vuelve de manera superior hacia los demás. Por ese motivo que creemos en IESD y en la Ingeniería del Desarrollo, que debemos de apuntar hacia proyectos de impacto social , ambiental y económico en la personas.
Las empresas inteligentes saben que si van y retornan a la base de los principios humanos de solvencia moral, superiores a lo que simplemente es el lucro y el cumplimiento de las leyes, su mercado y sus finanzas se pueden expandir exponencialmente y pueden conseguir socios y mercados que jamás soñaron tener. Es aquí donde queremos cooperar y decir Si se puede, comenzando con una voz solitaria en el desierto.
Ya hay empresas que lo hacen con sus propios recursos, pero de manera limitada, sin saber que podrían apalancarse con lo que ya son como empresa privada y con el nivel de experiencia que tienen en estas actividades. Inclusive hay modelos de negocios internacionales que apuntan a la base de la pirámide social & económica. ¿Se atreven a hacerlo? Es cuestión de dar un salto de confianza y avanzar y creer que pueden trascender, siendo prácticos y trascendentales al mismo tiempo. Las bases financieras y técnicas de estos proyectos se pueden explicar en privado a equipos de ejecutivos, pero lo importante es tener la actitud de corazón correcta, es decir, querer dar y creer en el principio de la caridad. Dimitri Vavoulis 997560699 Ingeniería del Desarrollo.
Dimitri Vavoulis.
Soy economista de la Universidad del Pacifico con MBA en la Universidad de Esan. Tengo una experiencia en banca, finanzas y negocios por más de treinta años, y estoy fascinado con el cómo se fusionan las diferentes disciplinas económicas y financieras aprendidas en el sector inmobiliario. Soy por naturaleza emprendedor y proactivo, llevando a buen término los proyectos de negocios complejos que me tocan desarrollar.
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