Estamos frente al mayor escándalo futbolístico de la historia de nuestro fútbol al que bien podríamos llamar el ‘FIFA Gate peruano’. En este escenario no llama la atención el silencio cómplice de personajes que se auto erigen como los que le dan la solvencia moral al fútbol nacional, y se auto denominan como los garantes de los procesos. Hoy no solo son ciegos, sino mudos.
Lo que está ocurriendo en estos momentos no tiene precedentes, ni siquiera en los tiempos en que dirigentes atornillados por casi 3 décadas en el poder, llevaron al fútbol peruano al fondo de la tabla sudamericana, y que lo tuvieron ausente por 36 años de los mundiales de fútbol.
La nueva dirigencia de la FPF, incluyendo 25 presidentes de ligas departamentales, que en su mayoría tienen más de dos décadas en esos cargos, sin mérito alguno, y algunos funcionarios cercanos, están destruyendo todo el fútbol nacional.
Sin cargo de conciencia están dejando sin trabajo a cientos de jugadores de fútbol profesional, comandos técnicos, trabajadores de distintas áreas, utileros, kinesiólogos, asistentes, preparadores de arqueros, personal administrativo. Y sin fútbol a millones de hinchas.
Prensa con solo noticias negativas, periodistas deportivos tratando de entender contratos y comunicados. Sponsors que ven incumplidos sus contratos. Todos sin fútbol.
No se trata de defender un modelo comercial determinado, aquí de lo que se trata es de defender la transparencia, la idoneidad y el profesionalismo en el manejo de las contrataciones y luchar contra la CORRUPCIÓN en todas sus formas, incluyendo el solo conflicto de intereses.
Un supuesto concurso público llevado a cabo a distancia y que, a pesar de promover la venta de contenido deportivo de fútbol profesional, fue declarado desierto por los organizadores, es prueba más que suficiente de la carencia de interés de múltiples operadores internacionales y nacionales, por la falta de confianza y la sospecha que recae sobre los organizadores.
En un entorno internacional donde lo que más se demanda son los contenidos deportivos, no tener una sola propuesta aceptable para los clubes y los organizadores es un fracaso total. Aquí solo ha perdido el país.
Así existiese una disputa entre alguno de los integrantes del consorcio y el ente regional del fútbol sudamericano, eso no le da derecho alguno a la dirigencia peruana a destruir todo el sistema.
Señores de CONMEBOL, nadie cuestiona los derechos estatutarios de imagen y transmisión. Lo que se está cuestionando es la manera oscura, en la que se está actuando. Desde hace un mes está paralizado el sistema del fútbol en el Perú, y Uds. no intervienen.
Hace unos años una investigación profesional, con estándares internacionales, determinó que el entonces vicepresidente de la FPF lideraba una red de reventa de entradas en los partidos de la selección nacional. El caso era tan contundente que la FIFA aconsejó presentarlo al ente correspondiente regional.
Había jurisprudencia mundial por un caso similar con el Secretario General de la FIFA, el francés Jerome Valcke, que, por participar en una negociación incompatible de reventa de entradas para el Mundial de Brasil, fue suspendido por 12 años de cualquier actividad vinculada al fútbol, entre otras faltas.
Por casos similares el anterior presidente de la Confederación Brasilera de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, hijo político del todopoderoso Joao Havelange, fue inhabilitado de por vida.
Parte de la dirigencia nacional fue hallada culpable ya que la FIFA condena estas malas praxis, que van en contra de todos los principios de deportividad y de integridad, a la que cualquier dirigente está obligado.
Cuando a un dirigente lo apuntan decenas de acusaciones y denuncias como reventa, arreglo de partidos, soborno a árbitros, negociaciones incompatibles de ascensos a la primera división. Y si además tiene denuncias de colusión, corrupción de funcionarios, falsificación de títulos y documentos, fraude, entre otros casos, está claro que no cuenta con la idoneidad para ejercer esa función y no debería continuar en el cargo un día más.
La Asamblea de Bases, la Junta Directiva, la CONMEBOL y la FIFA deberían actuar y ordenar su salida inmediata.
El sistema de fútbol en el Perú ha colapsado. Al fracaso de la eliminación para Qatar, con una clara responsabilidad dirigencial, se le sumó la sospechosa trunca renovación de Ricardo Gareca. Ya antes se había abortado el futuro del fútbol peruano con la desactivación del Plan de Menores implementado en la gestión de Oviedo (2015 – 2018).
¿Y dónde está el garante? Tras su falsa renuncia en julio del año pasado cuando fue nombrado Director General de Fútbol, la Federación emitió el siguiente comunicado:
“La FPF nombra como nuevo director general de fútbol a Juan Carlos Oblitas, quien a partir de la fecha iniciará sus nuevas funciones en coordinación con las autoridades de la institución con el único objetivo de trabajar unidos a favor del fortalecimiento del fútbol nacional”.
‘Me ofrecieron el cargo para que sea una especie de vigilante de los cambios del fútbol peruano’, mencionó este personaje pocos días después en El Comercio.
¿Que el fútbol esté paralizado no les atañe a los funcionarios de la Federación?
Ha quedado claro que para esta tarea se necesita personas con idoneidad y entereza. Que no piensen que la moral y la ética son subjetivas. No hay que ser ciegos, ni mudos, eso es imperdonable.
Es importante que los periodistas ayuden a visibilizar estos problemas para exigir cambios y que ingresen personas adecuadas con la capacidad, voluntad e integridad para encontrar soluciones a favor del país.
Me siento en la capacidad de afirmar que esta situación jamás hubiera sucedido con Oviedo de Presidente y Gareca de Director Técnico. Se hubieran encontrado los caminos de la transparencia para alcanzar el bien común.
Guillermo Ackermann Menacho. Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.
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