Columnas Guillermo Ackermann

¿Dónde quedó el compliance?

En medio del mayor escándalo que enloda al fútbol peruano y que ha puesto en riesgo de quiebra a todo el sistema, el día jueves 2 de marzo, las instalaciones de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), ubicadas en la Villa Deportiva Nacional (Videna), fueron allanadas por el Ministerio Público, debido a una investigación por extorsión, coacción y organización criminal, al actual Presidente de la FPF, Agustín Lozano, a 11 personas más, que incluye a los integrantes de la Junta Directiva y otros funcionarios.

A la demostrada incompetencia e incapacidad, de toda la plana dirigencial, se suman claras sospechas de insolvencia ética y moral, habiendo muchos indicios de actos ilícitos y de corrupción, lo que los ha llevado a numerosas denuncias y acusaciones que comprometen severamente a todos ellos.

Recordemos que Lozano ya fue encontrado culpable de liderar una red de reventa de entradas de la selección nacional, siendo benignamente sancionado por CONMEBOL. Algo que la prensa ignoró en aquella ocasión, es que muchos otros integraban esa ‘blacklist’ de reventa. Ojalá pronto se dé a conocer.

Por si fuera poco el mandatario del máximo ente rector del fútbol nacional arrastra otra serie de imputaciones por supuestos ilícitos cometidos durante su gestión como Alcalde de Chongoyape, en el Norte del país.

Claramente todos estos señalamientos ya serían motivo suficiente para que la Asamblea de Bases lo destituya y la Comisión de Ética lo inhabilite. Pero no, esta Asamblea, compuesta en su mayoría por los tristemente célebres dirigentes de las Ligas Departamentales, lo protege y encubre, a cambio de viajes, entradas, pelotas, uniformes y alguna que otra gollería.

Llama también poderosamente la atención cómo CONMEBOL, se hace de la vista gorda a esta avalancha de cargos y más bien parecería que en lo único que tiene interés es en la desaparición del famoso Consorcio del Fútbol Peruano.

Si seguimos analizando, luego del escándalo FIFA Gate, el máximo ente del fútbol mundial, inició una serie acciones para combatir cualquier atisbo de corrupción, como, por ejemplo, la creación de FIFA Integrity, programa que exigía que las Federaciones que se asociaban contasen con un Oficial de Integridad, líneas éticas, entre otros requerimientos.

Todo lo que viene ocurriendo en el fútbol peruano contraviene estos principios de integridad y transparencia. La actual grave situación ya amerita una intervención de la FIFA.

Otro frente que se está abriendo es la participación de los sponsors y patrocinadores de la FPF para la Selección Nacional.

Si revisamos las políticas de ‘compliance’ (cumplimiento de buenas prácticas de gobierno corporativo) de transnacionales de la talla de Coca Cola, Backus, Adidas y Telefónica, entre otras, todas tienen cláusulas muy estrictas en lo que se refiere a las medidas anti corrupción, y la FPF ya está incurriendo en violaciones a estos reglamentos al ser investigada como organización criminal.

Hace algunos días el medio especializado Semana Económica indicó que según sus fuentes el BBVA retiró su patrocinio a la FPF porque temían que de continuar con el auspicio podría dañar su reputación.

Lo siguiente que podría pasar es que algunos de estos auspiciadores, sigan esa ruta y pongan en suspenso sus contratos con la FPF, hasta que se aclaren las acusaciones, o, se remueva de sus posiciones a estos malos dirigentes.

Si esto llegara a suceder la selección tampoco tendría recursos para operar y ahí ya estamos hablando del colapso total del fútbol peruano.

Estamos siendo testigos de cómo se privilegian las ambiciones e intereses personales por sobre el bien y objetivos comunes.

Esto tiene que terminar y pronto de otra manera los peruanos nos quedaremos sin fútbol y el país tendrá una nueva decepción.

Los sponsors están obligados a exigir integridad, transparencia y limpieza y forzar a los cambios necesarios para revertir esta situación.

Ojalá lo hagan para extirpar a este nefasto grupo que ha secuestrado el poder, y que extorsiona y coacciona a todo el fútbol peruano.

Guillermo Ackermann MenachoDesde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.

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