Columnas Dimitri Vavoulis

Un problema llamado educación

Estamos en un estado de tensa calma, sin saber si el estado de convulsión social va a volver, mientras en Puno la violencia es continua. ¿Pero cuál es el común denominador de todo este proceso? Se puede ver a personas sin educación, con ingresos por debajo de la línea de la pobreza y que no tienen opción de inclusión social, económica y meno cultural en el Perú moderno y pujante que se observa como islotes en algunas partes del país.

Vemos campesinos de media o una hectárea , vemos trabajadores independientes que viven del día a día, y todo tienen en común que no han logrado siquiera podido completar la escuela primaria con éxito y tienen un grado de dependencia enorme del trabajo manual y del día a día. Estos son los que hemos excluido del desarrollo y ahora nos reclaman ser parte del sistema sin estar en condiciones de producir y sin estar en condiciones de poder aportar productivamente a la modernidad del Perú del siglo XXI.

Este grupo humano está cultural y mentalmente anclado en un atraso mayor a cien años. Los casos más extremos son los campesinos de la puna. Ellos tienen dificultades de entender completamente la modernidad. Su sostenibilidad depende de la estabilidad de los ecosistemas que los rodean. Tienen pánico al tema del agua, y peor aun al tema de la contaminación de la tierra. No entienden de tecnologías limpias y tienen dirigentes que los manejan según el momento y los intereses de ellos.

Esta es una realidad que no se puede borrar. Hay que superarla por medio de un trabajo activo en la base de la pirámide socio – económica del Perú. Hay generaciones que solo podrán salir adelante por medio de micro proyectos de desarrollo basado en el diseño de la Ingeniería del desarrollo, y sobre ellos y con estos ingresos sus hijos darán el salto cuántico hacia las maestrías y los doctorados. La base de la pirámide necesita educación técnica productiva para lo singular de los proyectos productivos que van a asumir y sobre eso ir mejorando cada vez más. El camino es intergeneracional, pero la política nos puede jugar sucio anulando estos esfuerzos locales y micro locales, dejando todo igual simplemente buscando que no haya un despertar tecnológico y empresarial en las personas.

Es aquí donde tocamos el tema mas delicado, es decir la necesidad de independizar la agenda de desarrollo de la base de la pirámide, con respecto a todo proceso político en el país. No importa la línea política del país; lo que no puede cambiar es la necesidad del emprendimiento social por medio de empresas sociales ( empresas con propósito social) y diseño de proyecto integrales productivos de desarrollo. Las ideologías tienen limites, y los limites están en su capacidad de poder promover desarrollo sostenible y asegurar la libertad de pensamiento y desarrollo integral en las personas.

Uno podría pensar que este es un trabajo del estado. La respuesta es No. Este es un trabajo de todos. Sobre todo, de las empresas con áreas que tengan accionar en responsabilidad social. No se trata ahora solo de transferir dinero a gasto social y con ello a pérdida, sino en cambiar el enfoque; es decir; invertir en la base de la pirámide social y apoyarse en las oportunidades de negocio que hay con las personas y sus recursos, y los mercados que hay para ellos. Este es un enfoque que ya se practica agresivamente en otros países y que resulta rentable a tal punto que existen USD 1.1 trillones de fondos de impacto para financiar este tipo de iniciativas a nivel global y solo esperan el despertar de las áreas de Responsabilidad Social. Somos IESD, queremos sumar, pueden contar con nosotros para educación, proyectos y búsqueda de financiamiento. Dimitri Vavoulis 997560699

Dimitri Vavoulis.
Soy economista de la Universidad del Pacifico con MBA en la Universidad de Esan. Tengo una experiencia en banca, finanzas y negocios por más de treinta años, y estoy fascinado con el cómo se fusionan las diferentes disciplinas económicas y financieras aprendidas en el sector inmobiliario. Soy por naturaleza emprendedor y proactivo, llevando a buen término los proyectos de negocios complejos que me tocan desarrollar.

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