Volar era el sueño de un niño peruano, sus vecinos en el Callao lo fastidiaban de tímido y se burlaban de él, por eso Santiago de Cárdenas, de familia muy pobre, allá por 1,736 con apenas 10 años de edad, se embarcó como grumete en un barco pesquero que hacía Callao – Valparaíso, allí miraba los atardeceres en alta mar y cómo las aves en cubierta alzaban vuelo a tierra firme, eso lo maravillaba. Durante 10 años estudió a esas aves, las cazaba, media sus alas, las pesaba. A los 20 años, con sus apuntes, deja el mar y regresa a Lima, se hace mecánico, caza pájaros, cóndores, águilas, etc. Desde los cerros que rodean Lima estudiaba su vuelo in situ, finalmente su tesis estaba lista: “Nuevo Sistema de Navegar por los Aires”, que por mi manía de recorrer bazares suelo y ferias de libreros, encontré un ejemplar que publicó la FAP prologada magistralmente por su entonces Comandante General don Cesar Enrico Praeli, con motivo de las bodas de plata en Lima de las Conferencias de Comandantes de las Fuerzas Aéreas Americanas – Conjefamer, 1,985: “Al virar abaten un ala y elevan la otra, para mayor resistencia del ala interior, entonces mayor velocidad de giro, la picada y el cabreo para ascender y descender como un timón de profundidad, la clave del vuelo está en la relación entre el peso del aparato y la superficie alar, las alas deben tener una forma de semi gota cóncava” ¡Todo un curso de aerodinámica actual! Pero se burlaron de él, hicieron títeres en las calles con el apodo de Santiago El Volador ¿Cómo el hombre va a poder aletear y volar como las aves? Santiago no postulaba eso, el manuscrito es claro, sustentó alas fijas, como el avión de los hermanos Wright o Santos Dumont, con la pequeña diferencia de ¡150 años antes! Era el mejor mecánico en Lima y envío su manuscrito con al Virrey Amat (el de La Perricholi) y financiar su máquina, el Virrey encargó al científico Cosme Bueno de la Universidad San Marcos su evaluación, y éste, ni chana ni juana, dijo que estaba bien, que algún día será, pero que por ahora no se puede volar, y asunto archivado (igual que ahora). Los vecinos corrieron el rumor que Santiago volaría del cerro San Cristóbal, se amontonaron en la Plaza Mayor porque allí aterrizaría, gran decepción se llevaron cuando nada pasó y fueron hasta su casa para lincharlo a pedradas ¡O vuelas o te matamos! Santiago escapó. Luego pidió a unos empresarios financiar su máquina e instaurar un correo aéreo entre Lima y Buenos Aires, les interesó, pero esta vez, el Virrey no autorizó el segundo manuscrito, para que no se burlen de él también. Santiago envió un tercer manuscrito a los reyes de España, no se sabe si les llegó ni qué sucedió con el manuscrito. 100 años después de su muerte llegó un manuscrito a la Biblioteca Nacional, pero éste desapareció en un incendio. La Fuerza Aérea del Perú, en 1,937 recuperó un manuscrito. De hecho, muchos tomaron su idea hasta que alguien o algunos inventaron el avión y se hicieron ricos y famosos, de allí la historia aeronáutica mundial es conocida.
Santiago estudió a los cóndores ¿Ha visto alguna vez uno de cerca y lo impresionante que es cuando expande sus tremendas alas? Explicó cómo la gran superficie alar del cóndor le permite cargar presas de peso como un cordero. El cóndor más antiguo conocido se llama Kuntur Cardenasi, en su homenaje. El manuscrito de 1,762, define el término de “Náutica Aérea” antes que todos, hoy Aeronáutica. Ricardo Palma lo incluye en una de sus famosas Tradiciones Peruanas y ha sido considerada por el Ministerio de Educación en el Plan Lector. Julio Ramón Ribeyro, el gran cuentista, escribió, esta vez un hermoso drama teatral en su homenaje, la tituló “Santiago el Pajarero”, con todos sus personajes históricos. En su homenaje, varios parapentistas se han lanzado desde el Cerro San Cristóbal y aterrizaron en la Plaza Mayor.
Santiago dedicó su manuscrito: “a su amada patria en honor de sus patriotas”, a pesar de que muchos quisieron lapidarlo a pedradas ¿Le suena algún parecido de hoy? Así que, cuando vuele, mire por la ventanilla y observe las alas, vea su perfil (una semi gota cóncava), cómo se mueven para virar, para reducir la velocidad, qué sucede con la superficie del ala para ganar más sustentación cuando baja el tren de aterrizaje y el avión vuela más lento y recuerde que, hace 262 años exactamente, un gran peruano adelantado a todo el mundo, sustentó esos movimientos en una máquina, tal como vuela la máquina en que usted vuela hoy, que fue rechazado, objeto de burla y casi lapidado a pedradas.
La Fuerza Aérea del Perú no dudó en declararlo, desde sus inicios en 1,937, como Pionero de la Aviación. Santiago murió en 1,766 a la edad de 40 años, nadie sabe de qué y porqué tan pronto, pero los que amamos a los soñadores, sabemos que subió al cerro San Cristóbal de su Lima amada, en un atardecer de verano, hinchó sus pulmones de aire, desplegó sus alas y se echó a volar.
Ismael Iglesias
Oficial FAP en retiro. Licenciado en Ciencias de la Administración Aeroespacial. Graduado en Inteligencia. Bachiller en Ciencia Política. Inteligencia en EE.UU. Imágenes Satelitales en Francia. Estudios de Maestría en Ciencia Política. Fue Gerente Municipal y Gerente General del Servicio de Administración de Inmuebles en Trujillo. Escribe en Correo. Ha escrito en La Industria, Revista Aviación, Revista Air Power de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y otros. Miembro del Instituto de Estudios Vallejianos – Universidad Nacional de Trujillo.
Felicitaciones a Ismael Iglesias por el documentado, esclarecedor y bello relato de Santiago “el pajarero”. Hasta hoy pensé, equivocadamente, que Santiago no era sino un posible personaje histórico incluido por Don Ricardo Palma en sus amenas Tradiciones Peruanas, abundantes en relatos que muchas veces privilegian la literatura, en desmedro de la rigurosidad histórica. Gracias a nuevamente.
Felicitaciones Ismael, hermosa biografía del gran visionario e investigador peruano Santiago de Cárdenas.
Gracias por hacernos llegar esta historia.
Cuánto nos falta por conocer.
Así es está triste historia de Santiago Volador, triste, digo porque los peruanos y el virrey lo trataron como un estúpido. El Perú está lleno de soñadores que nunca son despertados.
A despertad a los soñadores para que enriquezcan al Perú con sus inventos. Atentamente, Lic. Jorge Garrido.