Sin duda alguna las amistades que más duran y se proyectan en el tiempo son las que nacieron del colegio, del diario contacto en las carpetas del aula, de los juegos y trompeadoras del recreo y en los parques o huacas vecinas, del deporte que se intentó jugar con mayor o menor suerte, de las bromas archipesadas que hicimos a los profesores tales como reventar bombas de insoportable olor en la clase, etc. Todo eso forma parte de nuestros recuerdos que miramos retrospectivamente con nostalgia y nos apenamos de nuestros compañeros que se fueron yendo en el camino, tal como nos iremos nosotros más tarde o más temprano.
Pero no, en este momento no caeremos en ese sentimiento melancólico, ahora se trata de rendir homenaje a un amigo, Carlos Navarro Gasparetto, Charlie para sus compañeros de clase, Doctor en Medicina graduado en la Universidad de Miami, Florida, Estados Unidos y Profesor Principal en la especialidad de cirugía plástica de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Charlie es un hombre jovial, sencillo, de inmensa modestia que oculta la prestación de enormes servicios a la sociedad, cuando con sus propios recursos sumados al de algunos parientes y colegas llevó a cabo por varios años campañas de cirugías plásticas reconstructiva en lugares apartados del territorio peruano. Hizo el bien sin mirar a quien, pero ya es hora que reciba un reconocimiento del Estado y por cierto de sus colegas y amigos. Charlie no lo pide en parte por su modestia personal, y también porque su propósito al desarrollar esa actividad filantrópica fue otro, él quería ayudar a sus compatriotas necesitados de ayuda quirúrgica, nada más ni nada menos.
Pues bien ¿que hizo nuestro compañero Charlie?
Asociado con la entidad privada CIRPLAST formó un equipo quirúrgico integrado por cirujanos plásticos, anestesiólogos, enfermeras y personal voluntario de apoyo, que sin fines de lucro, operó a más de 6,000 pacientes pobres en 202 campañas realizadas en diferentes partes del Perú, tales como Arequipa,, Ica, Pisco, Chincha, Cañete, Ayacucho, Cusco, La Oroya, Jauja, Huaral, Huacho, Trujillo, Piura, Catacaos, Tambo Grande, Sullana, así como Lima y Callao. Tode este abnegado y fructífero trabajo fue posible gracias al apoyo de amigos generosos, varios miembros de su familia, algunas compañías que solicitaron permanecer anónimas e igualmente los clubes de Leones y de Rotarios, todos los cuales hicieron importantes contribuciones a CIRPLAST. Bajo el liderazgo de Charlie en 1997 CIRPLAST recibió el Premio Campodónico Figallo y después la medalla y diploma por “mérito extraordinario” otorgada por el Colegio Médico del Perú, así como el reconocimiento de la Sociedad Peruana de Cirugía Plástica. Todas estas campañas tuvieron un resultado excelente, habiendo sido reportadas en varias revistas y libros del Perú y del extranjero.
Para que se tenga una idea de las cirugías realizadas, adjunto al presente artículo podemos apreciar la fotografía de un niño a quien se le operó de labios leporinos, mostrando su situación anterior y posterior a la intervención, primero dos días después y luego 3 meses de realizada la operación. De la misma manera se muestran 4 fotografía de dos personas adultas, tomadas antes y después de la operación, en las que se advierte el enorme cambio experimentado por tales pacientes. Muestro estos ejemplos de operaciones de labios leporinos porque esa malformación natural en la mayoría de los casos no es corregida con cirugía plástica oportuna y/o posterior, lo cual constituye un enorme peligro para la salud del paciente, sin perjuicio del gravo daño psicológico sufrido por el niño y/o adulto que la experimenta.
Charlie. al igual que sus compañeros de promoción, ha alcanzado la tarde de su vida pero el Estado peruano, que indirectamente se vio beneficiado por estas campañas, no le ha otorgado ningún reconocimiento oficial.
¿Sería acaso mucho pedirle al gobierno de la señora Dina Boluarte que coordine con el titular de Salud, el otorgamiento a nuestro amigo Charlie de una condecoración por servicios distinguidos al Perú en el campo de la medicina quirúrgica? Dejo abierto este planteamiento para que el gobierno reflexione sobre la necesidad de reconocer a quien se esfuerza abnegadamente por sus compatriotas, sin esperar más recompensa que la cara de felicidad a quien se le cambió su destino para una vida mejor.


Martín Belaunde Moreyra.
Bachiller en Derecho y Abogado por la PUCP y Magíster en Derecho Civil y Comercial por la USMP. Abogado en ejercicio especializado en Derecho Minero e Hidrocarburos. Autor del libro “Derecho Minero y Concesión”. Ha sido Vice Decano, y Decano del Colegio de Abogados de Lima, y Presidente de la Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú y en el ámbito público: Embajador del Perú en Argentina y Congresista de la República del Perú en el período 2011-2016.
Nadie más que Charlie ha prestado servicios a nuestro país!! De manera filantrópica, anónima, desinteresada, sacrificada, a miles de seres humanos les ha devuelto la esperanza y la sonrisa. Unos cuantos peruanos más como él y seriamos otro país… Yo he sido testigo en las campañas en Urubamba, del cariño, dedicación, cuidado a cada uno de estos niños o jóvenes que afortunadamente llegaron a sus manos. Gracias Charlie y Elvira por vuestra invalorable labor. Gracias por todos los peruanos