Columnas Guillermo Ackermann

Solidez, seguridad y confianza

Hace pocos días una de las principales entidades financieras del Perú lanzó una campaña con la presencia de Ricardo Gareca como su imagen institucional.

‘Hablemos en serio’, es el motivo de la publicidad y eso es precisamente lo que hizo Gareca durante los 7 años que estuvo a cargo de la Dirección Técnica de la Selección Peruana de Fútbol: hablar en serio.

Cuando empezó la gestión de 2015 – 2018, el desprestigio de la Federación Peruana de Fútbol era tremendo con casi 95% de desaprobación, fruto de más de tres décadas de fracasos y de la ausencia de ocho Copas del Mundo FIFA consecutivas.

Con la incorporación de un grupo de profesionales que provenían del mundo corporativo, se comenzó la búsqueda de nuevos sponsors que apostaran por la renovación que se estaba planteando y se buscó a más de un banco, siendo rechazados de manera categórica. Los bancos sentían que vincularse al fútbol les podía generar un problema de reputación.

Qué sucedió en este lapso para que años después el Director Técnico de ese proceso se convierta en la figura de un prestigioso banco.

Para entender bien hay que remontarnos a 2015 cuando una nueva directiva asumió la gestión de la FPF. Se desarrolló un plan estratégico al que se denominó ‘Plan Centenario 2022’, que se sostenía en cuatro pilares: El deportivo, la profesionalización del ecosistema del fútbol, la infraestructura y la institucionalización.

Un Plan ambicioso, que confrontaba al sistema, y a la mediocridad de la ‘gente del fútbol’ que se resistía a sumarse a la transformación que se estaba planteando.

Se trabajó ‘en serio’ con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Y se fueron
cumpliendo las metas, siendo la más visible la clasificación al Mundial de Rusia 2018, sobre la cual hemos escrito largas columnas, tanto en el aspecto deportivo, como en la gestión dirigencial.

Acompañando a la selección absoluta, por primera vez en la historia del balompié
nacional, se implementó un Plan de Menores, en cada una de las 25 regiones, habiendo pasado más de 25,000 jóvenes de los cuales 6,800 fueron preseleccionados.
Se organizaron competencias regionales en las categorías 12, 14 y 16 apuntando a que el 10% de ellos entraran al sistema de los clubes.

La FPF fue la primera en la región que incorporó el Sistema de Licencias FIFA que propone la profesionalización de los clubes, habiendo sido reconocido explícitamente por el máximo ente rector del fútbol mundial, como un modelo de gestión.

Se dieron los primeros pasos para la transformación de los torneos y campeonatos con la creación de la Liga 1 y 2. Se inauguró la nueva escuela de entrenadores y se incentivó la renovación en la formación de árbitros.

Frente al grave problema de la infraestructura deportiva, se firmaron convenios con regiones y se empezó la construcción del nuevo centro de selecciones nacionales con los más altos estándares mundiales.

La ejecución de este modelo de gobierno corporativo estuvo respaldada por la contratación de 3 de las principales auditoras del mundo y la firma de un convenio con FIFA Integrity.

Esto generó en la nueva FPF mucha solidez, seguridad y confianza, lo que se vio reflejado en un significativo número de empresarios y ejecutivos que se sumaron en comisiones independientes de apoyo a la gestión y en el incremento de 400% de los ingresos, con nuevos sponsors y patrocinadores. La reputación llegó al 86% positiva según IPSOS.

Con la gestión desde 2019 se desactivó todo y empezó una nueva debacle. A pesar de ello la selección mayor en 2022 se quedó muy cerca de clasificar a un segundo mundial consecutivo, algo que solamente había ocurrido una vez en la historia mundialista de Perú.

Sobre esto tendrá que responder el oscuro personaje que hoy está a cargo de la FPF, sus cómplices directivos y deportivos a los que ahora no les da asco el desastre en el que han sumido al fútbol peruano.

La presencia de Ricardo Gareca en esta campaña institucional es una reivindicación subliminal que el país le está dando a través de este banco. Él no merecía terminar su relación con nuestro país de esa manera, engañado y traicionado por quienes él confiaba.

Muy por el contrario, es, sin duda, el extranjero más querido por los peruanos y quizá el más peruano de los extranjeros.

Hablemos en serio

Guillermo Ackermann Menacho
Desde hace más de cuatro décadas me desempeño como gestor en el campo de las comunicaciones, marketing y responsabilidad social, tanto en empresas del mundo corporativo, instituciones con fines sociales, medios de comunicación, radios, televisión, digitales, así como en la producción de contenidos audiovisuales, publicidad, documentales, videos institucionales y diversos programas. He sido productor ejecutivo de material producido en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como promotor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.

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